Rosita 2 - Relatos Eróticos

Rosita 2

Me levanté como cada mañana con la diferencia de que era mi primer día de vacaciones, me puse un café y tras acomodarme en el sofá me lié un canuto.

Al estar de vacaciones y no tener nada que hacer no me importaba tirarme la primera mañana de vacío es un poco colocado.

Con la primera bocanada y un sorbo de café encendí el móvil y luego entré en la web de relatos eróticos con diferente temática dispuesto a ver que habían colgado.

Entre en mi sección favorita y vi una nueva escritora cuyo nick era el de Rosita, había subido un relato en la categoría de ballbusting que se titulaba "Rosita y el monitor del campamento"

Al leer el título y el nombre me puse un poco nervioso y mi mente voló en mis lejanos recuerdos del suceso acontecido con una niña llamada Rosita y yo que me había sucedido hace 15 años y el cual con el paso del tiempo se había convertido en mi fetiche aunque sin practicarlo confirmándome con ver videos y leer relatos.

Ella me había golpeado en los huevos en repetidas ocasiones al intentar evitar que se fumara un porro, (mire el mío irónicamente y sonreí) ella me había doblegado dándome un fuerte rodillazo y luego me había obligado a comerle el coño, ahora me sonaba surrealista pero eso era lo que había sucedido. Será casualidad, pensé abriendo el enlace del relato y comenzando a leerlo.

En él se describe un poco y comenzaba diciendo que todo lo que iba a contar en sus relatos le había pasado en verdad, continúen leyendo y mi corazón dio un vuelco cuando comenzó el relato diciendo que estaba en un campamento y que había decidido ir a fumarse un porro al lago…

Mis ojos no daban crédito relato desde su punto de vista todo lo que sucedió aquella noche, como me había puesto de rodillas como había pisado mis huevos y como me había obligado a lamer su coño hasta correrse en mi cara mientras me pajeaba.

Contó cómo me había dejado apunto de correrme, como me había enfadado yo insultandola y como tomando carrerilla había pateado mis huevos burlándose del tamaño de mi polla.

Tras leerlo el corazón me latía con fuerza, no solo porque se me había puesto durísima si no porque tenía la posibilidad de contactar con ella pues si correo era visible.

Un mar de pensamientos cruzaron mi mi mente mientras mi polla apuntaba al cielo.

Tenía que hablarle, tenía que escribirle pues después de aquella noche había pasado mucho tiempo pensando en ella en como me había humillado y muchas eran las pajas que me había hecho y aún me hacía.

¿Por qué no había repetido con otra chica? Como explicarlo, como pedirlo, a pocas mujeres les atraía la idea y la que lo había intentado no había logrado ponerme como lo hizo ella incluso el dolor producido no había logrado ese extraño placer que ella había logrado probablemente sin planteárselo, además de que ella se acordaba a la perfección, y decía que tenía más experiencias osea que en ella también había sido un antes y un después.

Tras mucho pensar y darle vueltas y consultarlo con una ...