Rosita 2 - Relatos Eróticos

Rosita 2

... mierda, si quiere guerra la tendrá, así que me des idea y me lo puse para mirarme en el espejo y ver cómo me quedaba.

La verdad no estaba agusto con el puesto pues sin estar gordo mi barriga hacía que no pareciera tan sexy, y mi paquete… aunque tuve que poner mi polla de lado para que quedase dentro no terminaba de realzar mis atributos.

Suspiré y salí fuera, ella ya estaba dentro de la piscina en la parte menos profunda que le llegaba a la cintura, apoyada con los codos en el borde de la piscina y con las copas llenas.

La vista era espectacular, su pelo caía por sus hombros y el bikini mojado dejaba marcar sus pezones que se habían puesto duros sin duda por el agua.

-no te queda como a mi amigo, y no lo llenas tanto como él, pero me gusta- dijo ella sonriente -te metes o vas a mirarme hasta que se te ponga dura?- su mirada estaba puesta sobre mi paquete y eso me excitaba -no me digas que ya la tienes dura- dijo riéndose a trapo tendido.

Yo me zambullí en el agua tirándome de cabeza y buceó hasta llegar a ella saliendo a su lado, quizás más cerca de lo que pretendía.

Me paso una copa y le di un buen trago sin dejar de mirarla

-y bien? Te vas a quedar mis huevos? O me vas devolver el favor que te hice? Dije sin apenas pensar en ello y dando otro trago a la copa que ya empezaba a notar los efectos de la anterior.

Sin precio aviso su mano libre fue hasta mis huevos rodeándolos por encima del tanga, note como sus dedos me acariciaban suavemente por encima de la tela y se me escapó un suspiro, por supuesto mi polla no tardó en reaccionar.

Siguió acariciando mis huevos sin dejar de mirar mis ojos y dio otro gran sorbo, pasando la palma de su mano por mis huevos.

-tu que crees?- sus ojos de gata esperaban mi respuesta, mi polla ya estaba muy dura y no respondí acerque mi boca a la suya y metí mi lengua en su boca llevando mi mano libre a sus duras nalgas.

De pronto apartó su mano de mi entrepierna y poniéndola en mi pecho me separo de ella y tomando mi copa la apuro de un trago.

-tranquilo torito- dijo sonriente -las copas están vacías porque no las rellenas?-

Asentí mirándola excitadísimo y salí de la piscina, dispuesto a rellenarlas, la escuché hablarme y me di la vuelta para ver cómo ella salía del agua y me miraba.

-lo que me temía, como aquel día no sé si sentiré algo con tu cosita- dijo riendo y acercándose a mi -anda rellena las copas- dijo pasando a mi lado y dándome una palmadita en el culo.

Tomó una toalla y desapareció dentro de la casa, yo no sabía muy bien que iba a pasar pero me limité a poner las copas.

Cuando salió de la casa dejó una cajita sobre la barra.

Yo la esperaba apoyado sobre ella con cierta chulería, las copas estaban puestas y yo le ofrecí la suya, cuando fue a tomarla de mis manos la aparté subiendo mi brazo y dejándola fuera de su alcance.

-¿tienes ganas de jugar no? - dijo acercándose a mi.

-para eso me has invitado no?- dije yo con confianza, tal vez el alcohol ya ...