1. El jarrón. Amoríos y castigos de otro siglo


    Fecha: 24/07/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: elzorro, Fuente: CuentoRelatos

    ... acarició. Maite se mordió el labio al notar el contacto. De alguna manera, esos ojos que se posaban en sus expuestas carnes la estaban calentando.
    
    Don Carlos invitó a la sirvienta a que se inclinase sobre el sillón, apoyando la cabeza en el regazo de su mujer. Luego, sujetándola por detrás, comenzó a masajearle los pechos. Doña Federica se unió al juego pellizcando suavemente los pezones de la cocinera.
    
    Maite comenzó a gemir.
    
    El señor de la casa se puso de cuclillas y enterró el rostro en el pandero de la joven chupándole el ano con la lengua.
    
    - ¡Vamos a zurrarla! - dijo la señora temblando con anticipación.
    
    Maite se tumbó boca abajo sobre el sillón. Sobre ella, sentada a horcajadas, Federica.
    
    Carlos tomo la vara y con un golpe certero, cruzo de lado a lado el voluminoso culete.
    
    - ¿Cuántos golpes me va a dar el señor? - dijo la castigada recuperando la respiración.
    
    - Muchos y alguno más por impertinente.
    
    - Gracias señor.
    
    Terminado el correctivo Don Carlos se bajó los pantalones y sacó su miembro.
    
    Maite comenzó a chupárselo.
    
    Terminada la felación, se tumbó sobre el respaldo del sillón ofreciendo su vagina y su otro agujerito.
    
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    A las 5 de la tarde, ante una audiencia expectante, Ana se adelantó y tomo la palabra.
    
    - Margarita y Jaime se acuestan juntos. Antes de ayer estuvieron haciendo de las suyas y no me extrañaría que uno de los dos empujase el jarrón.
    
    - Margarita no tiene nada que ver. - intervino el responsable de los establos con vehemencia.
    
    - Jaime, no es necesario todo esto, eres inocente, no hay pruebas - se quejó implorando la aludida
    
    - Ya basta. Jaime ha confesado y recibirá treinta azotes con la vara en el culo. ¡Desnúdate! Esta afrenta merece la mayor de las humillaciones. No hay espacio para la dignidad.
    
    - Pero... no se sabe si es culpable. - adujo Julia rascándose el pelo rizado.
    
    - ¿Tú también quieres probar la vara? - la cortó Doña Federica.
    
    - Jaime... es inocente... - intervino Margarita de nuevo viendo con angustia que aquello seguía adelante.
    
    Jaime, temiendo que su chica pagase el atrevimiento intervino.
    
    - Gracias Margarita... y gracias a ti también Julia. Sois muy valientes... pero este tema no tiene salida... lo único que conseguiremos será más castigos.
    
    Luego dirigiendo la mirada hacia Ana añadió con frialdad.
    
    - Ya habrá tiempo de esclarecer todo esto.
    
    El cuidador de caballos se desnudó por completo y siguiendo las indicaciones de Doña Federica, separó las piernas y se inclinó ligeramente sacando su culo peludo. El pene, a medio crecer, colgaba inclinado ligeramente hacia la derecha.
    
    La señora, armada con una vara, se colocó detrás del infortunado varón, cogió carrerilla y descargó el primer golpe de manera contundente dejando una marca roja.
    
    - ¿Escuece, verdad? pues esto solo es el principio. - dijo mientras la vara impactaba por segunda vez contra las indefensas nalgas haciéndolas temblar.
    
    Jaime aguantaba con entereza. Doña ...