1. El jarrón. Amoríos y castigos de otro siglo


    Fecha: 24/07/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: elzorro, Fuente: CuentoRelatos

    El sol acababa de asomar por el horizonte y durante un minuto logró colar algún rayo entre las nubes justo antes de que estas ocupasen todo y empezase a llover. Una lluvia fina preludio de un día frío y desapacible. En un claro en el bosque, en medio de un jardín, al lado de las cuadras, la silueta de una mansión del siglo XIX se alzaba imponente.
    
    Dentro se encontraba el amplio salón, la extensa cocina y las habitaciones, estancias para los dueños y cuartos para el servicio doméstico.
    
    Maite, una cocinera regordeta de veinte años, fue la primera sirvienta en llegar al salón y descubrir el jarrón hecho añicos. No había nadie e intentó huir, pero al salir se cruzó con Margarita, joven delgada de piel pálida y cabello rubio.
    
    - Hola, acabo de encontrar el jarrón roto e iba a por una escoba para barrer los trozos. - dijo atropelladamente la fugitiva con visibles signos de nerviosismo.
    
    Margarita llegó al salón y se pronunció con preocupación.
    
    - Esto traerá problemas.
    
    Julia, pelo corto negro y rizado y mediana estatura y Ana, pelirroja de rostro agradable y cabello castaño llegaron después.
    
    Las cuatro sirvientas hablaban en un susurro, sabedoras de que aquel incidente no pasaría desapercibido. Ana, osadamente, propuso deshacerse de la evidencia, mientras Maite estrujaba su cerebro buscando salidas.
    
    Todas callaron cuando entró Federica, de cincuenta años, esposa del dueño.
    
    - ¿Quién ha roto el jarrón? - preguntó con tono autoritario.
    
    Nadie dijo nada.
    
    - ¿Julia?
    
    - No sé nada Doña Federica, cuando llegué ya estaban todas aquí.
    
    - ¿Quién llegó primero?
    
    - Yo... yo entré y vi el jarrón y fui a buscar una escoba. - intervino Maite con cierta ansiedad.
    
    - ¿Y tú que dices Ana? ¿Cuéntame en qué consiste eso de deshacerse de los restos?
    
    Ana se hizo la loca.
    
    - Se equivoca señora, yo no...
    
    La esposa del dueño abofeteó a la pelirroja cortando en seco la conversación.
    
    - ¡Crees que soy estúpida! ¡Julia, ve en busca del chico del establo y del jardinero! Quiero que todo el servicio este presente y se aclare este incidente.
    
    Jaime fue el primero en llegar, tenía puestas las botas de montar y dirigió una mirada a Margarita.
    
    Las pálidas mejillas de Margarita se ruborizaron al recordar lo que había sucedido entre ambos la tarde anterior.
    
    Julia llegó con Oscar, un chico joven y bien parecido, de delicadas manos, que desempeñaba el oficio de jardinero.
    
    - Bien, esta es la primera y última oportunidad, o sale ahora el culpable, que naturalmente recibirá un castigo ejemplar o pagarán justos por pecadores.
    
    Ana, con la mejilla colorada, se atrevió a hablar de nuevo.
    
    - Doña Federica, creo que deberíamos disponer de tiempo para investigar. No es fácil que el responsable de la cara, sobre todo sabiendo que será castigado.
    
    - Esta bien, tenéis hasta mañana a las 5. Si para entonces no hay respuesta todo el servicio probará la vara... y ese será solo el principio de la humillación.
    
    Los sirvientes volvieron a sus ...
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