1. El jarrón. Amoríos y castigos de otro siglo


    Fecha: 24/07/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: elzorro, Fuente: CuentoRelatos

    ... desaparecieron.
    
    - ¿Alguna vez te han pegado en el culo? - preguntó Margarita con el rostro lleno de rubor.
    
    Jaime le acarició la mejilla.
    
    Sí, hace varios años, trabajando para otros señores, le habían castigado. En aquella ocasión fue un látigo cayendo sobre su espalda. Era sospechoso de haber robado, algo que nunca se probó. Protestó, pero la protesta solo sirvió para aumentar el número de azotes. Estuvo varios días con la espalda dolorida y tuvieron que pasar meses para que su piel se recuperase por completo. Aunque no tuvo que exponer sus nalgas, el dolor, la rabia y las lágrimas convirtieron la situación en algo humillante.
    
    - No. - respondió abandonando sus pensamientos.
    
    La chica le miró comprendiendo que ocultaba algo pero no insistió.
    
    - No te preocupes. Te protegeré... si llega el caso no serán tus bonitas nalgas de doncella las que tengan que sufrir.
    
    Margarita comenzó a protestar pero Jaime ahogó sus palabras con un nuevo beso.
    
    ******************
    
    Al día siguiente, al mediodía, la cocinera decidió ir a hablar con Doña Federica. Quería convencerla de que ella no tenía nada que ver con el asunto del jarrón y que sospechaba de Ana.
    
    Llamó a la puerta y para su sorpresa fue Don Carlos el que abrió.
    
    - Tú eres la cocinera ¿verdad? - dijo mirándole los pechos sin disimulo.
    
    - Yo... sí señor. - respondió entrecortadamente.
    
    Doña Federica se unió a la conversación.
    
    - ¿Qué quieres? - espetó.
    
    Maite bajó la mirada y guardó silencio.
    
    - Habla muchacha... que no tenemos todo el día. - intervino el varón.
    
    - Yo... yo no fui... fue, digo, creo que fue Ana... yo
    
    - ¿Por qué crees que fue Ana? ¿Tienes pruebas?
    
    - No, yo...
    
    - ¡Basta!, creo que estás intentando sobornarnos... ¿crees que somos tontos? - intervino Don Carlos.
    
    - Creo que esta doncella merece un castigo. - continuó el hombre notando como su pene crecía bajo los pantalones.
    
    Doña Federica miró a Maite con deseo. El castigo corporal la encendía. Sí, zurrarían a esa gordita, pero antes la humillarían.
    
    Miró a su marido, él también estaba excitado y la excitación era algo contagioso.
    
    - ¡Desnúdate! - ordenó Doña Federica.
    
    Maite quedó paralizada, su cerebro incapaz de traducir lo que oía.
    
    - Vamos, ¿no has oído a tu señora? Si no te quitas la ropa ahora le contamos a todos tu confesión y les invitamos a que participen de esta función... ¿Quieres eso?
    
    La doncella dudó un instante, se ruborizó violentamente y luego, no viendo forma alguna de salvar la situación, se desprendió de la ropa hasta quedarse en cueros.
    
    Don Carlos observó el cuerpo desnudo. Por detrás, el culo generoso caía hasta unirse con los muslos arrugados por la celulitis. Nalgas pálidas divididas por una fina raja a medio definir. Por delante, las tetas eran las protagonistas, coronadas con oscuros pezones y más firmes de lo que uno podría aventurar. Más abajo el vello púbico, abundante y desordenado.
    
    Doña Federica posó una mano en el trasero de la cocinera y la ...