Follando con un enfermo sexual - Relatos Eróticos

Follando con un enfermo sexual

... minutos y preparar la comida.

A la mañana siguiente me levante a las 9 de la mañana me sentí con ganas de empezar este nuevo trabajo, tenia muchas ganas de empezar. Me puse un jean azul clarito ajustado, con unas botas de tacón marrones que me iban por los tobillos, una camiseta mangas cortas que dejaba ver mis hombros descubiertos color blanca de seda y para complementar una chaqueta marrón de gamuza. Esta vez a la hora de maquillarme me puse tonalidades rosadas, pero en mis ojos seguí con el negros resaltando mis ojos. Y me puse un rico perfume esta vez más que nada en mi cuello y pelo ya que no tenía intención de calentar a nadie al menos no en horario laboral.

A la salida iba caminando a la estación y me quedé helada al ver a tipo ese otra vez se ve que todos los días me lo encontraría? Nose, pero ese enfermo no dañaría a nadie más si yo me opongo. Cuando estaba en el anden el tipo estaba esperando a alguien nose, miraba para todos lados. Mientras esperaba a que venga el tren pensé, si me gusta los vagos y tipos feos como es que este hombre no me guste si es bien feo y sucio. Bueno es muy simple su hechos y todas las aberrancias que hace hacen que en mi produzca rechazo por lo que hace. Cuando llega el tren veo que el tipo no sube así que yo tampoco. Quería ver que es lo que tramaba.

Yo lo sigo desde una distancia segura, se iba perdiendo por las calles sin rumbo fijo parecería, iba insultando sexualmente a mujeres. Hasta que lo sigo a un parque, cuando entre no había mucha gente simplemente había una madre con su niño y algunos chicos más jugando. El hombre se empezaba a sobar la polla, pensé que miraba a la madre pues al menos es mayor pero no estaba mirando al niño pequeño de la madre. Yo: pero que asco, me da repugnancia ese hijo de mala madre. Esta loco ese degenerado. Cuando el hombre se levanta y se va yo aprovecho y le digo a la madre que estaba con su hijo pequeño que tenga cuidado pues había un loquito mirándolos. – Hay muchas gracias señorita. No, de nada.

Yo sigo siguiendo al hombre hasta que se detiene en unos arbustos y se esconde en unos árboles, era un buen punto ciego de la plaza pues no se veía nada. Cuando me hacerco despacio para ver lo que pasaba escuchaba gemidos del hombre yo me asuste claramente, que estaba pasado allí? Me preguntaba. Cuando me hacerco y veo por un hueco lo que ocurría mi corazón empezó a latir con fuerza ya que el hombre se había sacado la polla y se estaba masturbando, la sorpresa fue doble al ver con que se estaba masturbando y es que habían dos perros que se estaban apareando mientras el enfermo se masturbaba frente a ellos como si nada, estaba hipnotizada por la escena tan bizarra que estaba viendo. Estaba con el pulso a mil no sabía bien porque, mientras seguía mirando al enfermo como se tocaba. Hasta que empezaba a tirar varios chorros de semen por todo el piso, cuando termino se guardo la polla y seguía mirando a los perros. Yo por mi parte rápidamente me alejo un poco y trato de ...