Pau y las prácticas en la Masía. Capítulo 19 - Relatos Eróticos

Pau y las prácticas en la Masía. Capítulo 19

... que es tan sensible. Durante esos movimientos, el rabo de Marc rozaba mi antebrazo, estaba morcillón pero no erecto. Lo podía haber agarrado y empezar a masturbarle, pero todo a su debido tiempo.

Le iba a sobar las pelotas, eso era lo que me apetecía, pero sentí la mano de Marc sobre mi paquete. Su palma de la mano acariciaba mi miembro erecto por encima del pantalón. Me crucé la mirada con el, y le dejé hacer. Aquellos finos y largo dedos, se peleaban con el botón de mi pantalón, sólo fueron unos segundos. Mi vaquero corto, se liberó de mi cintura, se deslizó sobre mis muslos. Con un movimiento del pié, lo eché a un lado.

La mano de Bartra, sobaba mis pelotas, que estaban prietas. Subía hacia arriba y palpaba mi rabo. Entre su mano y mis genitales, ya sólo había la fina tela del bóxer. Me dejé hacer. Lo hacía bien, despacio y sin dejar de mirarme. En frente mío, la mano de Gerry se movía debajo del pantalón de Sergi. La izquierda del medio centro, se deslizaba sobre el piquetón. Parecía hasta pequeña comparándola con la polla, que ya estaba casi tiesa.

Con mi mano izquierda, agarré las pelotas de Marc. Jugué con sus testículos. Sentía como se movían dentro del escroto con cada movimiento. Eran gorditos y desee que fuera porque estaban muy llenos. Con la derecha, agarré el rabo. No se sujetaba por si mismo, pero estaba medio erecto. Deslicé la mano, y el rabo de Marc se descaupulló con facilidad. Ese prepucio, que era algo excesivo, se recogía en la base del glande.

Os reconozco que hubo un momento, en el que la mamaba con ansias, con ganas. Incluso me la sacaba de la boca y golpeaba el glande contra mi lengua. Los jadeos de Bartra eran cada vez más frecuentes. Justo cuando me la volví a meter a la boca, sentí como unos dedos, con algo de violencia, me bajaron los bóxers hasta los tobillos. No me hizo falta, dejar de mamar y mirar. Lo siguiente, fue sentir como mi prepucio se retiraba, e inmediatamente después unos labios se cerraron sobre mi glande. Esa forma de manar, y aquellos labios eran reconocibles. Gerry se había arrodillado y me mamaba. Yo hacía lo propio con Bartra, aunque con menos ansiedad con la que lo hacía Piqué. Bufff como mamaba.

Aquello era perfecto, yo dando placer a Marc y los labios de Gerry jugando con mi rabo, que estaba totalmente tieso. Hubiera seguido horas así, pero esa caricia sobre mi nalga, hizo que dejará por un momento el rabo y me incorporé, sin dejar de pajearlo.

No había sido Gerry, fueron los dedos de Sergi. Había disfrutado de la mamada a Bartra, porque ni me había dado cuenta que Sergi estaba a mi lado. Ya sin ese pantalón corto, totalmente desnudo. Los labios de Bartra chupaban el miembro duro de Sergi. No era muy gordo, mediría unos 16 cms y como ya había intuido, circuncidado.

Creo que fue el, quien se acercó un poco más y me busco la boca. Yo cerré los ojos y dejé que disfrutara de mis labios. Primero fue un simple pico, que se alargó para después morderme levemente el labio. Sentí un ...