1. Aromas de mi hija.


    Fecha: 01/11/2022, Categorías: Fetichismo Incesto Autor: Juan Alberto, Fuente: SexoSinTabues30

    ... rítmicamente los glúteos de su culo redondo y firme, la escucho alejarse hacia la cocina. Ahora estoy solo en el baño. Mi atención se centra en el montón de ropa usada, me tiemblan las manos cuando alcanzo esos calzones blancos de antaño, son suaves y seguramente abrigadores en invierno, su madre usaba unos parecidos, recojo una pequeña tanga roja, no tiene una parte trasera, solo un hilo, me falta el aire cuando me las llevo a mi nariz, olisqueo la parte que va sobre su carnoso chocho, un perfume embriagador, luego tomo unas bragas con dibujos de Hello Kitty, me sonrío al pensar de que yo se los regalé algunos años atrás antes de que se casara. Son de puro algodón, las abro ante mis ojos para mirarlas bien y las acerco a mi rostro, me concentro en la entrepierna, una parte ancha de tela que imagino a estado en contacto y acariciado el peludo coño de mi hija, rozo esa parte en la punta de mi nariz, tímidamente aspiro el olor y no huelo nada, solo la tela, quizás los uso con alguna toallita higiénica que separaba su labia vaginal de la tela de la prenda, me fijo mejor y no hay ningún seño ni marca que muestren que ha sido usado, rápidamente lo descarté y tomé otro.
    
    El de rayas verticales celestes y blancas me llamo la atención, toqué inmediatamente el centro de la entrepierna, tenía algo reseco, quizás los fluidos de mi hija han empapado el algodón y luego se han secado, los miro detenidamente y observo un descolorido halo amarillento, tal vez gotas de pipi, quien sabe donde ella habrá hecho pipi, pudiera ser al aire libre, escondida detrás de unos arbustos para que nadie la mirara, o de urgencia en un bar maloliente donde algunos bizarros beodos se deleitaban con las formas de su culo y sin tener una toallita higiénica para secar su labia vaginal chorreante, acerco cautelosamente la prenda a mi nariz. ¡Oh!, sí, ahí está, es el olor de mi hija. Sus mucosidades y su meada han dejado trazas de aroma de su exquisito perfume de mujer. Es un olor fuerte, como el de su madre. Inhalo una y otra vez, mi cabeza comienza a girar en éxtasis y mi verga toma dimensiones descomunales. Jadeo con nerviosismo gustándome este coctel de aromas, me parece que todo el universo huele a ella, mi aliento acalora la tela y el aroma tiende a liberarse más fuerte y a disiparse en el ambiente. Por un momento me viene la idea de robársela y llevármela conmigo, pero al cabo de un rato el olor de su pipi se desvanece y se mezcla con otros olores indefinidos. Mí polla está que explota. El olor del coño de mi hija queda impreso en mi cerebro. Quiero mirar su cara sintiendo todavía su aroma en mis fosas nasales.
    
    Me guardo las bragas en mi bolsillo y voy hacia la cocina. Escucho el ruido que ella hace con los trastos de la cocina. Asomo solo mí cabeza en la puerta de la cocina:
    
    —Hija … me olvide de traer un alicate … ¿tienen alguno por ahí? …
    
    Mis dedos estrujan las bragas con la esencia de pipi de mí hija, miro su rostro angelical, sus cabellos claros, su cálida ...
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