Las refugiadas - Olha y Natividad - Relatos Eróticos

Las refugiadas - Olha y Natividad

... recuperándome y a beber mucho el día antes.

»Con el tiempo ya no le avisaba cuando acababa la hora de sesión, algunas llegaron a prolongarse por espacio de tres horas. El resto de chicas se llevaba la mitad de lo que ganaban, con sus clientes, pero a mí nunca me dio nada… aparte de casa y comida. No me faltaban ropas, calzado… incluso de grandes marcas. Cuando no tenía que trabajar, dos días en semana que una antigua puta venia para hacer de madame, salíamos las dos de compras, al cine… incluso una vez fuimos al teatro real a una zarzuela. Me dio a elegir y la preferí a la ópera, porque en esta última cantaban en idiomas extranjeros, que desconozco.

»Pero todo se acaba. Esa última vez estuvimos cinco horas. Me golpeó hasta la saciedad, me folló, me penetró con dildos, con sus puños e incluso con un pie, casi hasta el tobillo. Mis orgasmos fueron masivos, pero ni salió sangre ni necesité posterior atención médica. Yo estaba pletórica, pero él acabó un tanto desilusionado. Le dijo a mi ama que estaba satisfecho de mí, pero que el próximo mes elegiría una chica nueva.

»Por más que me interrogó, mi ama, no sabía que podía haberle hecho que le desagradase. Solo cuando el médico me examinó nos dio la solución.

»—No tengo que coserla —dijo—, está muy distendida, pero no hay roturas. Es la primera vez desde que lo tienes como cliente… quizá sea eso: que no ha podido romperla.

»Mi ama trató que volviese con otros clientes, pero los pocos que hubo, pues estábamos aún en los últimos momentos del confinamiento por el COVID, se quejaban porque no notaban nada de lo abierta que estaba tanto en mi coño como en mi ano. Una de las antiguas putas , que en ocasiones venia de visita y en ocasiones salía con mi ama, pero que nunca la sustituía le propuso quedarse conmigo.

»—No sé —dudó mi ama.

»—¿Por qué? No es la primera que te retiro.

»—No. Pero sí la más joven, aunque ya tiene su cuerpo como una vieja.

»Era cierto. Después de dos años con él las tetas que aún no me habían acabado de crecer las tenía algo caídas, el coño y el ano completamente abiertos, algunos de sus golpes habían dejado cicatrices por todo mi cuerpo, incluida la de la ceja y el hueso de la nariz que me lo sacó de un puñetazo. Así que mi ama cedió y ese agostó cambié de ama. Estuve con ella algo más de 17 meses. Durante ese tiempo ella, sus sumisos y sus clientes me golpearon, me penetraron con instrumentos cada vez mayores en mis agujeros, incluso entre 4 me hicieron un fisting cuádruple en mis dos agujeros. La mayoría, o creo que todo, era grabado en vídeo y distribuido bajo pago. También me puso todos los piercing y tatuajes. Más de una vez tuve que tomar antibióticos porque las heridas se me infectaron al no respetar los tiempos y tener sexo los mismos días que me los hacían.

»Al final fuimos a un club de campo en las afueras… muy en las afueras. Me montaron en un caballito de madera, como los que se usan para hacernos cabalgar con pesos en los tobillos y machacar ...