1. Las refugiadas - Olha y Natividad


    Fecha: 20/07/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: JBWriter, Fuente: TodoRelatos

    ... acabado. Empezaron hablando de banalidades y deseos, pero acabó llevándola al tema de su casa, donde reconoció que vivía de ocupa en un edificio abandonado, y del trabajo, donde contó que su contrato era de 6 horas diarias, 6 días a la semana, pero trabajaba tres días catorce horas y los otros tres diez… y en ocasiones también el séptimo.
    
    —Me has contado de tu vida actual y tu trabajo —dijo Olha acariciándole el pelo—, pero ¿cómo llegaste a estar cómo estás?
    
    —Fue mi anterior ama, ama.
    
    —Dime ¿qué te hacía?
    
    Natividad empezó a contarle como , tras fugarse de casa a los 13 años vivó unos días en la calle de limosnas y al final conoció a una mujer que le ofreció un trabajo, una casa y comida.
    
    —Lo que tenía que hacer era lo que yo había espiado a mis padres hacer algunas noches… cuando estaban a buenas.
    
    —Ya. Follar. ¿No estaban siempre a buenas?
    
    —Raras veces. Discutían mucho. Incluso follando. Tanto mi padre como mi madre querían están arriba, pero mi padre solo la dejaba estar si estaba cansado o borracho. De hecho, por eso me fui de casa: mis padres empezaron una de sus discusiones que siempre acababa a golpes entre ellos… y en ocasiones, algo que nunca entenderé follando después de pegarse, en el mismo lugar donde discutían.
    
    »Les daba igual que mi hermano y yo estuviéramos delante. Generalmente yo sujetaba a mi hermano, seis años más pequeño que yo, para que no tratase de separarlos. Ese día se peleaban en el comedor. La tele estaba encendida. Tras un fortísimo puñetazo de mi padre a mi madre en el estómago esta cayó al suelo. Mi hermano se revolvió al verla caer y se dirigió hacia ellos. Mi madre, aun retorciéndose de dolor, lanzó una patada e impactó en los huevos de mi padre. Lo lazó hacia atrás. Chocó con mi hermano y ambos con la tele. Tras un chispazo y un fuerte olor a quemado se apagaron todas las luces. Llegué hasta mi hermano y puse mi mano en su cuello, como me habían enseñado en la escuela, en el curso de verano. No tenía pulso. No nos habían explicado cómo recuperarlo, solo como identificarlo y si pasaba llamar a un adulto responsable… pero ninguno de los dos adultos lo eran… o sí; eran responsables de haberlo asesinado. Aproveché que estaban aún retorciéndose de dolor y me escapé. Cogí el bolso de mi madre. Ahí tenía la documentación, dinero y el móvil. Llame al 112 para denunciar la pelea nada más salir al rellano. Dejé el móvil con la llamada conectada en el buzón.
    
    »El dinero de mamá se acabó. Así empecé a mendigar y conocí a mi ama. No era tan malo, aunque la mayoría eran viejos, gordos o babosos y muchos de ellos preferían maltratarme a follarme. En ocasiones había suerte y algún jovencito inexperto caía en mis manos. Hasta que llegó él.
    
    »Se trató de un cliente que pagaba bastante. Así que mi ama me dijo que hiciera todo lo que me pidiese, que no le dijera que no a nada y luego descansaría un mes. Tenía un cipote enorme. Pero eso no era todo, además lo tenía lleno de piercings y ...
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