1. Lucario, Koraidon y yo parte 3


    Fecha: 19/07/2019, Categorías: Fantasías Eróticas Gays Zoofilia Autor: Rycbar231, Fuente: SexoSinTabues30

    ... y lo devoraba con el mismo ánimo. Yo retorcía el pene del can aún dentro de mí boca y le empecé a meter mis dedos para aumentar su placer. He aquí los tres, que después de casi medio año de vivir en conflicto, por fin superamos nuestras barreras y comenzamos a amarnos como se debe.
    
    Aunque la calentura era intensa, nuestros cuerpos querían una posición más cómoda, así que nos fuimos a mi habitación que tenía una cama lo suficientemente grande para los tres. Me acosté en el borde de la cama, dejando mi cuerpo al acceso de Reyalado, quién regresó a su misión de darme un beso negro, expandiendo mi hoyo con su lengua. Por su parte, Anubis se sentó en mi cara para recibir el mismo trato.
    
    Al notar que mi dilatación era buena, el dragón nos dió la señal de separarnos y que yo me diera vuelta, sabía lo que venía. Koraidon se apoyó encima del colchón y, con paciencia, buscaba mi entrada con su verga. Lo ayudé ajustando la trayectoria, tan solo sentir la punta en su objetivo, Koraidon me fue insertando su virilidad lento, pero sin pausa. La repentina expansión de mi intestino me sacó varios quejidos de dolor.
    
    Reyalado se quedó quieto para darme tiempo de adaptarme, Anubis se arrodilló enfrente de Koraidon ofreciendo su verga para ser atendida. El dragón comenzó a mamar con gusto a su pareja, quién empezó a coger su boca. Reyalado movía en círculos su cadera para ayudar a abrir mi ano.
    
    Sentí cesar el dolor y disfruté el trato del dragón. Al escuchar mis gemidos, Koraidon sacó su miembro para luego volver a meterlo y empezar a penetrarme con su fuerza. Al principio le costó sincronizar su cogida con su mamada, así que decidió que Lucario se encargará de eso, mientras él se enfoca en mí.
    
    Sentí el gran nudo del dragón chocar constantemente, el salir y entrar de su gran miembro era increíble, no sé cómo se volvió un experto en esto, era increíble. Trataba de masturbarme pero cargar con todo su peso en mi espalda era complicado moverse. En la habitación solo se escuchaban los gemidos de Anubis y míos.
    
    El pene de Koraidon comenzó a hacerse más grande, estaba a punto de terminar, solo que esté lo sacó dejando un gran vacío dentro mío. Su corazón de plumas se desplegó y lamía sus labios. Se paró en sus piernas traseras con su imponente miembro todavía descubierto, nos guío a los dos para que entrelazamos nuestras piernas y nuestras bolas chocaban.
    
    Estaba con las piernas separadas y rodillas dobladas a espaldas conmigo, yo sujetaba su cola para evitar que me golpeará, mientras que Anubis se sentía intimidado por el tamaño de Reyalado y su verga que estaba reposada en su pecho. Junté nuestros penes y los guíe directo a la cavidad de Koraidon, quién al sentir nuestras puntas, comenzó a descender introduciendo ambos miembros con facilidad.
    
    Reyalado dejó salir un suspiro de satisfacción y sin demorar en adaptarse, subía y bajaba su cadera con gran maestría, era increíble la fuerza de sus patas para mantener una postura así. Anubis jadeaba al ...
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