Viaje de un jubilado (De vuelta en España) 33 - Relatos Eróticos

Viaje de un jubilado (De vuelta en España) 33

... lija, pero siguió acariciando a su amiga.

Según se iba despertando de su sopor Marta se percató que a su lado las tetas de Viviana se balanceaban sin control, vi con agrado que haciendo un esfuerzo se fue deslizando debajo del pecho de Viviana y al poco su boca sacaba la lengua y rozaba los pezones de su amiga al pasar.

Llegó un momento que conseguía frenarlos en su pasada, incluso a atraparlos, no tardó en aspirar y uno de ellos quedó pegado a los labios de Marta, Viviana lo notó y le encantó, quedando quieta por un momento, que Marta aprovechó para chupar el otro y yo para sacar la polla y apuntar dos centímetros arriba.

El quejido y el gemido que dio, Marta lo interpretó como de dolor por haberle chupado con demasiada devoción y las llenó de besos, realmente Viviana se quejaba porque mi polla entraba despacio pero sin pausa alguna en su culo lubricado por mis sucesivos salivazos.

Cuando Viviana se acostumbró a mi diámetro empezó a jadear con vehemencia, Marta lo interpretó como que le gustaban las caricias de su amiga y quiso incrementar el placer alargando la mano y pasándola entre sus piernas, al momento noté cómo removía las caderas reaccionando a las caricias de Marta en su clítoris.

Yo seguí bombeando el culo de mi consuegra, al parecer Marta confiaba que le estaba follando el coño y quiso acompañarme en elmete-saca, pero encontró el agujero vacío, la noté nerviosa buscándome, hasta que me localizó entre los cachetes de su amiga, ya que, la polla dura como una barra de hierro, provocaba un ruido inequívoco.

Eso le sorprendió mucho pero le gustó y no tardó en abandonar las tetas y acercar su lengua al coño de Viviana que no pudo resistir tanto placer y se corrió regalándole un chorro que Marta aguantó estoicamente.

Yo tampoco pude frenar y me vacié en el culo de Viviana, dejándome caer sobre la espalda de la argentina, ésta no pudo aguantar mi peso y separó las rodillas en la sábana atrapando la cabeza de Marta.

Cuando pude retirarme y sacar la polla, la leche blanca y espesa que inyecté en el culo de Viviana fue saliendo lentamente, resbaló por el perineo de la mujer y fue cayendo sobre la cara de Marta, cuando se dio cuenta de lo que le venía abrió la boca y fue relamiendo el regalo que le llovía.

Quedamos extenuados, sobre todo yo, Viviana se sentó con cuidado sobre la sábana mirándose si todavía manaba leche pero Marta la tranquilizó, se la había recogido toda con la lengua. Mi polla hasta ahora dura y recta se dobló como una caña rota y cayó sobre mi vientre, Marta intentó revivirla, aunque puso mucho empeño chupándola, fue inútil.

Viviana le aconsejó, con la mirada que me dejara descansar, habían sido dos contra uno y ese uno mucho más viejo que ellas. De todas formas de la forma que la miró le daba a entender que no se había acabado la fiesta todavía.

De eso me pude dar cuenta al amanecer, el sol aparecía en el horizonte cuando sentí que una boca se había apoderado de mi verga dormida, me despertó la ...