Deliciosa ducha entre madre e hija - Relatos Eróticos

Deliciosa ducha entre madre e hija

... deseaba ser empalada por su verga.

Si tanto lo deseaba, le daría lo que buscaba. Lentamente, bajo el cuerpo de su hija sobre tu verga, metiendo su miembro dentro de ese rosáceo coñito. El cuerpo más pequeño tembló a medida que recibía dentro de sí cada centímetro de su longitud.

Los dulces gemidos de la adolescente se hicieron presentes e inundaron el cuarto de baño. Alicia no podía despegar ni un momento su vista del espejo, estaba encantada observando como la menor recibía toda su verga sin esfuerzo, su agujero se volvía rojizo a medida que las penetraciones aumentaban su intensidad. Para su sorpresa, su hija, quien estaba renuente a observar, parecía hipnotizada con lo que se mostraba frente de ella.

— Se siente bien, estás tan profundo dentro mi. Es como si estuvieras en mi estómago.— Olivia llevo sus manos hasta el pequeño bulto que se formaba en su vientre cada vez que su madre bajaba su cuerpo para penetrarle con fuerza.

Feliz de escuchar las palabras de su pequeña, siguió con su labor. Los movimientos se hicieron más intensos, movía sus caderas a la par de sus brazos para dar golpes certeros en el punto dulce de su niñita. Ambas estaban al borde del clímax, las piernas de Olivia temblaban señal que el orgasmo estaba cerca.

— Dios beba, tu chochito me está apretando tanto que prácticamente estás ordeñándome la verga ¿Tanto deseas que mami se venga dentro de ti?

— Por favor, hazlo, quiero tener tu caliente semen llenando mi interior.

Los ojos de la más joven brillaban con deseo. Jamás pensó escuchar a su pequeña decir cosas tan sucias. Luego vería si le reprendía por decir tales cosas, pero ahora iba a hacer justo lo que le pidió, descargaría todo el contenido de sus bolas dentro de su húmeda y estrecha vagina.

Brindó las últimas estocadas hasta que finalmente se descargó dentro de ella, soltando su caliente semilla en el interior de su bebita. La menor de igual manera terminó con un sonoro gemido, sus paredes se contrajeron apretando aún más el miembro que se encontraba dentro de ella sacándole hasta la última gota.

Con delicadeza, Alicia depositó a la menor en el suelo y sacó su miembro de su interior, el semen escurrió por sus muslos y cayó en las baldosas del piso. Las piernas de la chiquilla aún estaban débiles por el intenso orgasmo que acababa de golpear su cuerpo, se tambaleó y cayó entre los dulces brazos de su querida mamá.

— Cuidado amor, no quiero que te lastimes. — La mayor le sostuvo entre sus maternales brazos con cuidado y nuevamente la cargo cuál doncella.— Vamos a quedarnos en casita amor. Avisaré que vamos a faltar, igual es muy tarde ya. Dire que enfermaste y voy a quedarme cuidándote —le dio un beso en la punta de la nariz mientras se dirigía a la habitación con Olivia en brazos.

La más joven río para sus adentros, puesto que había logrado el sucio cometido de quedarse en casa todo el día junto a su querida mamita. Incluso había salido mejor de lo esperado, pues lo que había comenzado ...