1. Que no se entere tu madre


    Fecha: 18/07/2019, Categorías: Incesto Autor: Ulpidio, Fuente: CuentoRelatos

    ... acariciarle el pelo y pude notar que le gustaba por los pequeños suspiros y la piel de gallina. El culito le brillaba, tenía unos muslos perfectos y unas piernas largas y finas. Una muñeca, casi en bolas, mirando una película conmigo los dos borrachos. Nada podía terminar mal…
    
    Mi pija había quedado a centímetros de su cara. Ella tenía un mano entre su cachete y mi muslo y sus dedos a milímetros de mi pene. Con la otra mano me acariciaba las pantorrillas. Noté que sus dedos iban ganando terreno, centímetro a centímetro fue acercándose hasta la cabeza de mi pija que estaba hinchada y caliente. A punto de explotar dentro de la bermuda.
    
    Por instinto bajé con una de mis manos acariciando su espalda hasta llegar a su culo. Ella aprovechó ese movimiento para hacer contacto con mi pija y en el momento que lo hizo le apreté una nalga, con fuerza. Andrea largó un suspiro y metió su mano por debajo de la bermuda para agarrarlo. “Está caliente, late”, me dijo y con su manu suavemente empezó a masturbarme.
    
    A esa altura mi mano ya estaba dentro de su pantalón y pude sentir su vagina estaba empapada, chorreando un flujo tibio. Empecé a jugar con mis dedos por arriba de la bombacha, siguiendo la línea de sus labios abiertos. Ella empezó a frotar con más intensidad mi pene y a gemir con el movimiento de los dedos. Corrió la bermuda para arriba y la cabeza de mi miembro quedó al descubierto. Andrea le dio un piquito y me dijo.
    
    - “Me la puedo comer? Me dejarías probarla? Tenés una hermosa pija papi”. Y se metió toda la cabeza en su boca y empezó a jugar con su lengua. “Vos me podrías ayudar?” Me preguntó y suavemente me desabrochó las bermudas. Levanté el culo para que cayeran hasta los tobillos y quede sentado con Andrea observando mi miembro casi con ojo médico que me la hizo poner más dura todavía. Estaba hinchada, se le marcaban todas las venas de la calentura. Había tomado tanto whisky que estaba dispuesto a llegar hasta el final.
    
    Andrea se prendió a mi pija y empezó a chuparla como una experta. La recorría de arriba abajo con su lengua y cuando llegaba se la metía hasta la garganta. Le pedí a ella se recostara en el sofá para poder jugar con mis dedos. Sabía que eso la calentaba y estaba a punto de llenarle la boca de leche.
    
    “Qué rica, la quiero toda hasta la garganta, quiero sentir cómo me llenás la boca. Es mucho más suave y mucho más caliente que mi juguete. Nunca me había comido una pija así Raúl, pero sabía que alguna me iba a gustar, papi”. Y se prendió de nuevo a mi pija como desesperada. Gemía y me pedía que le metiera los dedos por la vagina y por el ano. Lo tenía lubricado y empecé a jugar primero con uno y después con dos dedos. Con la otra mano le apretaba la cabeza contra mi pija hasta que la nariz rozaba mi pelvis. Eso la ponía loca. “Ahogame de nuevo, ahogame de nuevo con tu pija”, me pidió y antes de que terminara la apreté hasta que hizo presión para arriba. Por la vagina largó unos chorros calientes y estaba más putita que ...