1. Hermanas


    Fecha: 18/07/2019, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... se repetía una y otra vez la imagen de la mano de Ramón estrujando el poco culo de mi hermana. Pero ¿por qué?, ¿por qué me sentía mal?. No había porqué.
    
    En esas apareció David sorprendiéndome, me había seguido.
    
    -¿Te encuentras bien?- me preguntó retirándome el pelo de la cara en un gesto amable.
    
    -Si no es nada- dije tratando de recuperar la compostura.
    
    -Menudo susto me has dado- dijo con cierto tono de preocupación.
    
    -¿Yoo..?, ¿por qué?- pregunte asombrada.
    
    -Te he estado buscando por dentro y al no encontrarte pensé que te habías ido sin avisarme- se explicó.
    
    -Necesitaba un poco de aire eso es todo- traté de justificarme.
    
    -Ten cuidado, mientes muy mal princesita, si te creciera la nariz no estarías tan guapa- pronunció haciendo de nuevo el tonto tratando de hacerme sonreír.
    
    -Serás…- pronuncié golpeándolo en el pecho a modo de niña traviesa provocando el que continuase haciéndome reír. Lo necesitaba.
    
    -¿Los has visto no?- me dijo ahora más serio refiriéndose a mi hermana y su amigo.
    
    -Sí- me confesé en la verdadera causa por mi mal estar.
    
    -Es normal ¿no crees?- quiso indagar en el asunto y justificar a su amigo como buenos colegas.
    
    - Supongo que sí, que tienes razón. No tengo motivos para enfadarme por lo que están haciendo, sin embargo...- argumenté tratando de aclarar mis sentimientos.
    
    -Los dos son adultos, solteros, pueden hacer lo que quieran- continúo argumentando David como leyendo mis pensamientos.
    
    Yo agaché la mirada culpándome por mis absurdos celos. David había descubierto que en el fondo sentía algo por su amigo Ramón, como si quisiera ser yo a la que besaba y abrazaba en lugar de mi hermana.
    
    -Además, tú estás casada, tu hermana no, deberías alegrarte- esgrimió David evidenciando y culpando a mis celos por la causa de mi malestar.
    
    Yo solo miraba al suelo refugiada en mi contradicción incapaz de mirar a ese recien conocido que ya sabía tanto de mí.
    
    En un gesto de comprensión David me alzó el rostro
    
    acariciándome con su mano por debajo de la barbilla hasta mirarme fijamente a los ojos.
    
    -Ramón es gilipollas, se equivoca de hermana, te lo dije, tú eres mucho más guapa. Además yo prefiero las casadas ¿recuerdas?- y acercando sutilmente sus labios a los míos supo aprovechar mi momento de debilidad para robarme un pico en la boca.
    
    Fué un pico, nada más, tan solo acercó sus labios a los míos. Suficiente. Yo lo miré sorprendida por su atrevimiento.
    
    -Yooo…, estooo…, no…- tartamudeé compungida tratando de apartarme.
    
    -Schisst, no diga nada, solo quiero que sepas que no tienes porqué renunciar a nada por estar casada- dijo en tono paternal para luego ordenarme:- Cierra los ojos.- me mandó en un susurro a media voz.
    
    No sé por qué pero lo obedecí, cerré los ojos y dejé de resistirme.
    
    Esta vez pude sentir sus labios presionando sobre los míos en lo que vendría a ser un pico pero más prolongado. Al terminar abrí los ojos tratando de asimilar lo que estaba sucediendo.
    
    -Yooo.., ...
«12...8910...37»