1. EL DETECTIVE PRIVADO. (9)


    Fecha: 17/07/2019, Categorías: Hetero Autor: GUILLEOS1, Fuente: SexoSinTabues30

    ... primer“maestra”, la tíaAlicia me lo había machacado siempre…
    
    Yo no me ponía a pensar en que siempre debería ser así, aunque no me molestaba para nada esto de plasmar las cosas a mí conveniencia sin“pisarle la cabeza” a nadie. Como fuera que se dieran las cosas desde ese momento, había que“aguantar” los posibles cimbronazos. Al despertar, la mañana no fue para regalar sonrisas y la cara deCandela no daba para bromas. Creo que eso lo notaron todas, aunque lo trató de disimular, tal es así queGloria se acercó a mí en un aparte y me habló:
    
    Mis cartas estaban jugadas, el“bluff” o“farol” estaba latiendo y los resultados estaban por verse, yo cruzaba hasta los dedos de los pies para que me saliera bien y aun expuesto a morderme los codos, no pensaba bajarme de mi postura.Gloria se dio perfecta cuenta de eso, además corría con la ventaja de conocerme y de saber que las“actitudes pendejeriles” no tenían cabida en mí.
    
    Declinamos de quedarnos a almorzar y conCandela relativamente sería yGloria hablando de cualquier tema para tratar de romper el hielo o el silencio incómodo, llegamos a la casa, la madre se apresuró a descender luego de saludarme con un beso yCandela me preguntó si iba a pasar a la noche por la confitería,“vemos como acomodo mis tiempos, ya me atrasé bastante con mis clases y tengo que ponerme al día, además de ir a la Clínica para saber cómo evoluciona mi muñeca”, -le contesté, con amabilidad, aunque sin que se me moviera un pelo-.
    
    Estaba un tanto contrariado porque no había notado en ella señales de plena aceptación, pero era todo producto de mi ansiedad, además, estaba“caliente”, lo bien que lo había pasado la noche anterior se había difuminado y me tenté pensando en el culito deAndrea, pero… bastó con que se me cruzara también el culo deGloria por la cabeza para desechar ambas ideas. No estaba bien ni conmigo mismo, sólo me quedó pedir el almuerzo y lo llamé al Sensei, una buena“fajada” me haría olvidar pensamientos“calenturientos”.
    
    La práctica estuvo bien y si bien es cierto que me olvidé de pensar en todo lo pasado, también es cierto que me quedaron dolores en el lugar en que me quisiera tocar. Fallé en todas las técnicas de defensas y, como sucedía en estos casos, me“comí” todos los golpes que el Sensei quiso darme. Me“cagó a retos”, hasta creo que me insultó en su idioma natal y no se privó en castigarme haciéndome notar mis errores.
    
    Llegó un momento en que paró la golpiza, pues eso es lo que parecía y me dijo de hacerme unos masajes, parecía ser peor el remedio que la enfermedad porque, aparte de tener la cabeza en otro lado, estaba todo contracturado y poco faltó para que se me cayeran las lágrimas cuando trabajó en mis músculos. Cuando ya me sentía mejor y se ocupaba de mi muñeca dejándomela al cien por cien, me preguntó que me pasaba…
    
    Era el único con el que me abria totalmente, el cambio que él experimentaba cuando dejaba el tatami era sustancial, toda la rudeza y la disciplina que ponía de manifiesto ...
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