Laura y Carolina: Primera cita - Relatos Eróticos

Laura y Carolina: Primera cita

... antes con ella. Entre suspiros de placer, iba indicándole cómo moverse.

—Un poco más rápido... ¡sí, así! —jadeó cuando Laura encontró el ritmo adecuado —Ahora méteme un dedo despacio mientras sigues frotando, quiero sentirte dentro.

Siguiendo sus indicaciones, Laura penetró lentamente a Carolina con un dedo, sintiendo las cálidas paredes vaginales apretarlo. Continuó moviéndolo en un vaivén coordinado con la estimulación de su clítoris.

Ahora eran los gemidos de Carolina los llenaban la habitación. Agarraba con fuerza las sábanas, retorciéndose de placer bajo el tacto de Laura.

—No aguanto más... voy a acabar —dijo entre jadeos. Laura aumentó la velocidad hasta que Carolina soltó un grito extasiado, empapando a Laura con su néctar.

Los dedos de Laura resplandecían cubiertos con los jugos femeninos de Carolina. Aún entre espasmos, esta tomó delicadamente la mano de Laura y, mirándola fijamente con sus lascivos ojos esmeralda, introdujo el dedo índice en su boca. Comenzó a lamerlo y chuparlo sensualmente, deslizándolo entre sus labios en un ritmo lento.

Carolina repitió el proceso con el resto de dedos. Los succionaba de manera extremadamente erótica como si del más delicioso dulce se tratara, sin apartar la vista de los ojos de Laura. Con la otra mano, la pelirroja masajeaba sensualmente sus propios pechos, pellizcando los pezones erectos y soltando leves gemidos de placer.

La pelirroja se aseguró de que cada dedo quedara perfectamente limpio tras pasar por su boca. Sólo entonces soltó la mano de Laura, relamiéndose con una sonrisa pícara. Estaba claro que le encantaba degustar su propia humedad en la piel de otra.

—Mmmmm…. delicioso. Tienes que probar este cóctel —susurró mirando fijamente a los ojos de Laura.

La tomó por el cuello y la atrajo hacia sí bruscamente hasta que sus bocas se fundieron en un beso feroz y apasionado. Sus lenguas se enredaron con fuerza, intercambiando la saliva mezclada con los fluidos de Carolina.

Se aferraron la una a la otra con urgencia creciente, manos explorando avariciosas la piel sudada. El beso transmitía toda la lujuria contenida, subiendo la temperatura de sus cuerpos excitados.

Tras largos minutos devorándose mutuamente, se separaron para recuperar el aliento, sonriendo cómplices y satisfechas tras compartir este apasionado primer contacto. El deseo seguía latente entre ellas y la noche tan solo había empezado. Ahora Laura se sentía más segura y Carolina, que estaba deseando repetir, la miró fijamente a los ojos y le acarició la mejilla con dulzura.

—Para ser tu primera vez con otra mujer, aprendes muy rápido cariño. Me estás volviendo loca con esas manos y esa boca traviesa —le susurró en tono elogioso.

Laura sintió como se ruborizaba ligeramente ante el cumplido.

—Tú me inspiras —respondió con una sonrisa tímida— Contigo es tan fácil dejarse llevar...

—Pues prepárate, porque esto no ha hecho más que empezar —dijo Carolina en tono juguetón, mordiéndose el ...