Laura y Carolina: Primera cita - Relatos Eróticos

Laura y Carolina: Primera cita

... Se abalanzó a chupar sus endurecidos pezones, mientras le metía la mano dentro de las bragas ya empapadas.

Ante tal muestra de pasión, Laura no pudo evitar ponerse algo tensa al pensar que pronto harían el amor. Sería su primera vez con una mujer y los nervios y la inseguridad comenzaban a aflorar.

¿Y si no sabía cómo darle placer a Carolina? ¿O si ella no lograba disfrutarlo por ser novata? Miles de dudas cruzaban su mente.

Carolina debió notar su cambio de actitud, porque de repente rompió el beso y la miró con dulzura. Acariciando su mejilla, le dijo:

—No te pongas nerviosa bomboncito, mira, lo haremos despacio. Sé que es tu primera vez pero no pasa nada, yo te guiaré. Al fin y al cabo, ambas somos mujeres y conocemos nuestros cuerpos. No tengas miedo y déjate llevar por tus instintos.

Laura se relajó al escuchar esas palabras y sonrió, sintiéndose más tranquila. Carolina tenía razón, juntas encontrarían la manera de darse placer.

Se fundieron en un nuevo beso, esta vez más lento y profundo. Laura se abandonó a las caricias que despertaban sus sentidos y estaba ansiosa por descubrir todo lo que podrían compartir. Sin duda sería una experiencia inolvidable.

Carolina se colocó suavemente sobre Laura y comenzó a besar su cuello mientras susurraba en su oído:

—Déjame darte placer, cariño.

Laura se estremeció al sentir el cálido aliento de la pelirroja y se abandonó a sus caricias. Carolina fue deslizando la lengua por su pecho hasta llegar a uno de sus pezones, el cual lamió en círculos para luego succionarlo con delicadeza.

—Oh sí... —jadeó Laura excitada.

Carolina sonrió y siguió estimulando los pezones erectos con su boca, mientras que con una mano acariciaba el vientre de Laura, bajando lentamente hacia su entrepierna.

—Tan suave… —susurró al sentir la humedad en los depilados pliegues de Laura. Comenzó a masajear delicadamente el clítoris con movimientos circulares, arrancando suspiros de placer cada vez más sonoros.

—Por favor...no pares ahora —suplicó Laura, echando la cabeza hacia atrás extasiada.

Viendo su reacción, Carolina aumentó la velocidad y presión sobre el sensible botón.Introdujo un dedo en la estrecha vagina de Laura, estimulando también sus paredes internas.

Sus gemidos llenaban la habitación, retorciéndose de gozo ante las hábiles caricias de Carolina. Ésta sentía como el cuerpo de Laura empezaba a tensarse, señal de que el clímax se acercaba.

—Córrete para mi —susurró la pelirroja sin dejar de masturbar a Laura hasta que ésta soltó un grito de puro éxtasis al alcanzar un intenso orgasmo bajo las expertas caricias.

Laura yacía jadeante y satisfecha. Carolina se acercó y la besó dulcemente.

—Ahora me toca a mí, no tengas miedo —susurró, tomando la mano de Laura y guiándola hacia su entrepierna —Tócame suave al principio, dibuja círculos alrededor de mi clítoris.

Laura comenzó a estimular tímidamente los pliegues húmedos de Carolina, de igual manera como esta había hecho ...