Mí secreto, que mí madre nunca puede saber ni nadie 5 - Relatos Eróticos

Mí secreto, que mí madre nunca puede saber ni nadie 5

... resplendor y comencé a darle masajes en forma de una paja y no dude en aprovechar de agacharme y comenzar a darle mamadas y lenguetasos des su enorme cabeza asta su base y como estaba sentado conduciendo no podía llegar a mamar sus ricos testiculos, pero ahí estaba yo sin importarme a donde me llevaría y mucho menos a la hora que era ya que estaba oscureciendo y que ya debería llegar a casa. Mientras yo le mamaba la verga, el me dijo: ¡»sabía que debajo de ese hermoso cuerpito blanquito, estaba muy escondido una hermosa y atractiva putita que le encanta la verga de gente como yo o como de tu ex padrastro, dime ahora si, es él quien fue tú primer hombre? Y desde cuando??, te tomó a la fuerza verdad?, dime putita no me ocultes nada, yo guardaré tú secreto, porque nadie más sabe verdad?, ya dímelo «!. Nublado en mí lujuria de estar dándome un banquete con tan tremenda verga roja, que con dificultad por tener mi boquita ocupada le dije: ¡»no se, compruébalo tú mismo y veras , y tu mismo te darás la respuesta, y porfavor nunca le digas a nadie lo que soy y yo también guardaré tú secreto, porque ya me di cuenta que eres como mi ex padrastro, un depravado y pervertido que le gusta abusar de la inocencia de los niños, pero si tengo que ser tuya, tienes que asumir el riesgo de que con esa descomunal verga que tienes me vas hacer daño y no se si te lo puedo aguantar «!. Trataba en darle a entender que él era mí primer hombre y que él sería el que me quité mí virginidad, porque me daba pena o vergüenza decirle que si era verdad que mí ex padrastro me violo y que por él, soy la putita que soy , así que quería mentirle para ver hasta donde podía llegar su atracción por los niños o niñas como yo. Llegamos a un sitio donde no había ninguna casa, porque estábamos en un lugar solitario donde apenas se notaba una claridad por los árboles que había y no se escuchaba nada de ruido, solo del viento y los movimientos de los árboles y de inmediato paro el vehículo y luego me dijo: ¡» ahora si putita, sabrás lo que es un hombre de verdad, pásate al acierto de atrás»!, y después de hacerlo me dijo que me quite todo la ropa, mientras Él hacía lo mismo y cuando ya estábamos los dos completamente desnudos, el me abrazo y me comenzó a besar y a meter su lengua hasta mí garganta, mientras agarraba a la vez con sus manos mi culito y me lo amasaba y yo también pasaba mis manos por todo su belludo cuerpo y luego el se sentó y me puso al revés tomándome de mis caderitas hacia su boca para pasar su lengua por mi hoyito que ya estaba dispuesta a recibir sus languetazos, mientras que yo puse mis manos en sus piernas y comencé a mamarlo muy rico ésa enorme trozo de venosa carne roja que tenía su máximo tamaño y grosor, y era eso lo que me preocupaba, nunca creí que existiera un verga tan gruesa como ésa, que las venas bien inchadas lo hacían más aterradora, pero eso era también, lo que me llevó a caer en sus redes, de querer saborear de una tremenda follada que me destrozaria más mi ...