Algo en el Aire - Relatos Eróticos

Algo en el Aire

... preguntará que he estado haciendo. Al abrir la puerta veo a Thomas uno de mis compañeros de clase con una amplia sonrisa en su cara.

“Buenas noches Becky;” me saluda, “Traía esto para Esther;” me dice enseñándome un paquete.

“Buenas noches Thomas;” le contesto sin mirarle directamente a la cara, “Esther no ha venido todavía de clase, si quieres déjame el paquete y se le doy cuando venga.”

“De acuerdo Becky;” me dice entregándome el paquete, “Será mejor que duermas algo, pareces cansada;” se despide.

Cierro la puerta y respiro aliviada pero otra vez excitada, Thomas es el chico más apuesto de la clase y las pocas veces que me he masturbado antes de estas noches lo he hecho pensando en él. Intentando olvidarme de Thomas miro el paquete que me ha dado y sintiéndome curiosa decido abrirle, sabiendo que a Esther no le importará que lo haga.

Casi grito de sorpresa al descubrir lo que hay dentro, un CD y un consolador de cristal de unos 18 cm, dejo el consolador sobre la cama y leo el título del CD, “Stacy Esclava 2340.”

Supongo que se trata de otro video parecido a los que hemos estado viendo y no tardo en ponerle en la televisión. La imagen inicial es una especie de bloque de subastas donde una docena de esclavas están expuestas para su venta, aunque no es eso lo que me llama la atención, sino que la subasta parece estar realizando en el gimnasio de la universidad y varias de las esclavas subastadas son alumnas de la universidad.

Sé que debería detener el vídeo y avisar a alguien, pero no me veo capaz de hacerlo, continúo viéndolo, presenciando como unas tras otra las doce chicas son subastadas públicamente. Las subastas de las primeras once chicas apenas duran un par de minutos y parecen no ser interesantes para la persona que graba el vídeo, como si la cámara estuviese fija sin nadie manejándola.

Eso cambia cuando sube la última chica, y pronto puedo ver como el zoom enfoca a la chica, centrándose en su coño afeitado y en código de barras tatuado con un número encima.

“Ultima venta de la noche;” anuncia una voz en el vídeo, “Esclava 2340, Stacy Miller, 19 años, procedente de Milwaukee. Virgen. La puja comienza en diez mil dólares.”

Las pujas comienzan a subir rápidamente, superando los cien mil dólares, llegando finalmente a doscientos treinta mil dólares, observo como llevan a la nueva esclava hasta su nuevo dueño, y me incorporo en la cama esperando ver el rostro del comprador, y como se la folla por primera vez.

Con la mano enterrada en mi coño, suelto un grito al ver que el comprador es Thomas, per en vez de asustarme, me excito más todavía, y mirando el consolador que vino junto al vídeo le agarro y comienzo a jugar con él en mi coño.

Siento como mi coño se estira ante el intruso y me detengo abrumada por la mezcla de dolor y placer que me invade, estoy tan excitada que ni siquiera me percato de que alguien entra en la habitación hasta que es demasiado tarde.

“Bonito espectáculo Becky;” me dice Thomas ...