Algo en el Aire - Relatos Eróticos

Algo en el Aire

... acercándose a la cama, “Me gustaría que siguieses masturbándote hasta llegar al orgasmo, pero no quiero que estropees la mercancía con el consolador;” me dice apartando mi mano para sacar el consolador.

“Había venido esperando encontrar a Esther para llevarla a la fiesta de está noche, pero ya que ella no está, creo que tu podrás sustituirla perfectamente;” me comenta Thomas.

Antes de que me dé cuenta Thomas está sentado en la cama junto a mí, con una de sus manos sujetando las mías sobre mi cabeza mientras baja la otra por mi cuerpo desde mi pecho hasta mi coño húmedo y excitado.

“¡Eres perfecta;” me dice Thomas acariciando mi clítoris con sus dedos, “Nunca había pensado que fueses una joven tan sexy.”

“Veo que te gusta mirar las mismas cosas pervertidas que a Esther;” me comenta Thomas mirando el video del televisor que todavía sigue reproduciéndose, “Vamos a comprobar que has aprendido viendo esos videos, añade sacando algo de una bolsa que no he visto en su mano antes.”

Antes de poder reaccionar, Thomas ha llevado mis manos a la espalda uniéndolas con unas esposas, me ha colocado una máscara de cuero ocultando mi rostro y un collar de cuero con una correa.

“Como no queremos que nadie te reconozca, te llamaré Stacy como la esclava esa del video;” me dice tirando de la correa para obligarme a seguirle.

Se que debería sentirme avergonzada y estar resistiéndome a que Thomas me pasee por todo el campus completamente desnuda, pero en lugar de eso estoy cada vez más excitada y mi excitación no hace más que crecer al ver a docenas de chicas en una posición similar a la mía, la mayoría de ellas con el rostro descubierto para que todos las puedan ver.

“Tendré que agradecer a Thomas que me haya puesto la máscara:” me digo a mí misma sin saber bien a que tipo de agradecimiento me refiero.

“Seguro que te estás preguntando que está sucediendo;” me susurra Thomas mientras nos detenemos en uno de los jardines donde nos sentamos durante el recreo a charlar y almorzar, los columpios que esta mañana se encontraban en el centro como recuerdo de los tiempos en que la universidad funcionaba como un colegio de primaria, han desaparecido, sustituidos por cuatro picotas de violación, en las que se encuentran cuatro alumnas desnudas siendo folladas por dos hombres cada una.

“Mejor te lo cuento mientras paseamos viendo la nueva decoración;” me dice Thomas tirando de la correa para que vuelva a ponerme en movimiento.

“El pasado 18 de diciembre, acuciado por la crisis económica producto del aislamiento de los últimos años al no aceptar las nuevas leyes de esclavitud, el Primer Ministro de Canadá firmó un acuerdo secreto con el Presidente de los Estados Unidos para permitir desde el día 1 de Enero, la entrada en el país de los ciudadanos estadounidenses acompañados por sus esclavas, respetando cierto códigos de vestimenta y conducta;” comienza a explicarme Thomas.

“A cambio, Canadá permite también desde el día 1 de Enero que cualquier ...