1. Los desafíos a los que me he sometido


    Fecha: 16/09/2022, Categorías: Fetichismo Autor: jg629, Fuente: TodoRelatos

    ... esperaban todos los meados, las mierdas y el semen de las chicas de casa, además del semen de las chicas del club, toda una motivación para volver cuanto antes.
    
    Esas tres semanas fueron una auténtica locura, Madalina tenía razón en todo lo que me había explicado y no exageraba en absoluto en ninguno de todos los detalles, yo perdía la cuenta de las veces que me montaba cada cerdo y las cantidades de mierda, meados y semen eran descomunales, gracias a mi postura yo siempre me encontraba comiendo y bebiendo y totalmente en disposición de ser montado, los cerdos no eran tan nerviosos como los perros, si había uno montándome los demás esperaban pacientemente su turno, pero cuando terminaba y se bajaba, automáticamente otro ocupaba su lugar, al no tener luz natural la pocilga y la bombilla estaba siempre encendida, tanto los cerdos como yo perdimos la noción del tiempo, no distinguiamos entre la noche y el día, lo único que me servía un poco de referencia era la campana diaria y el cubo lleno de excrementos de la letrina, por lo demás era un no parar, los cerdos después de cada corrida descansaban un poco, pero el resto del tiempo estaban comiendo, cagando y montándome, como eran tantos, a todas horas estaba siendo montado por alguno de ellos a la vez de que a todas horas siempre estaba comiendo y bebiendo todas sus mierdas, sus meados y la gran cantidad de semen que no paraba de rezumar de mi culo.
    
    Al haber tal cantidad de excrementos para ingerir yo no tenía capacidad de mantenerlos todos durante veinticuatro horas lo cual me obligaba a defecar dos o tres veces entre trampilla y trampilla, lo que me obligaba a volver a ingerir todo otra vez para que a la hora de abrir la trampilla estuviera todo limpio, menos mal que los cerdos también me ayudaban y ellos mismos algunas veces se comían lo que yo defecaba incluso también algunas veces del contenido del cubo de la letrina, bueno, menos mal según se mire, porque luego ellos lo volvían a cagar y al final yo me lo tenía que comer.
    
    Independientemente de esta agotadora rutina, estaba pendiente el tema de las felaciones, no sabía cómo iba a ser capaz de conseguirlo, pero al segundo día me puse manos a la obra, entre comida y comida me acercaba a los cerdos que estaban descansando recostados y con las manos trataba de estimular su pene a modo de masturbación y cuando su pene comenzaba a asomar entonces, como mi cara estaba justo al lado por las cadenas del collar a las muñecas, abría la boca me lo introducía y comenzaba una larga felación hasta que se corría copiosamente en mi garganta y me tragaba todo su esperma, lo más difícil era la aproximación, a algunos de ellos no les gustaba nada que se les molestara cuando estaban descansando, otros sin embargo aprendían rápido y después de haberlo hecho varias veces ya siempre se dejaban, la mayoría de las veces esto lo hacía mientras que otro de los cerdos me montaba, era un no parar, y al poco tiempo ya conocía y distinguía a cada uno de ellos, tres de ...