Los desafíos a los que me he sometido - Relatos Eróticos

Los desafíos a los que me he sometido

... su coño sobre mi boca, me preguntó si estaba listo, asentí con la cabeza y sin más comenzó a orinar dentro de mi boca mientras que yo tragaba al mismo ritmo que ella orinaba, fué bastante cantidad y al terminar le limpié bien para que no quedara ningún resto en su coño, mientras se volvía a vestir me preguntó que que tal, si me había gustado, y le dije que mucho y le pregunté si mañana estaría en el mismo sitio y a la misma hora, a lo que ella me respondió que por su puesto que si, y yo le dije: “pues nos vemos mañana”.

Durante toda esa semana, asistí puntualmente a la cita, era algo mecánico, yo llegaba con el coche, ella se subía, nos alejábamos un poco, ella se desnudaba de cintura para abajo, yo me reclinada, ella se ponía encima, orinaba, me lo bebía, la limpiaba, se volvía a vestir, nos íbamos y nos despedíamos hasta el día siguiente, pero el último día después de vestirse le pregunté si estaba contenta con el trabajo, ella me contestó que contentísima y que nunca hubiera imaginado que le pagaran por lo que estaba haciendo, entonces yo le dije que que le parecería que yo fuera su water particular, ella se rió y me dijo que eso no podía ser por que tendría que estar siempre cerca de ella, le dije que eso se podría arreglar, entonces con un gesto más serio me preguntó si estaría dispuesto a irme a vivir a su casa, me dijo que no vivia sola, que compartía el apartamento con otras cinco chicas que también se dedicaban a lo mismo y que algunas veces también estaba el proxeneta de todas ellas, aunque también me dijo que algunas veces también trabajaban en casa con clientes, le dije que me explicara lo del proxeneta y me dijo que no tenía ningún problema que el se encargaba de buscar los sitios donde trabajar y esas cosas y que era el que las animaba a trabajar, me dijo que aunque había veces que ganaban bastante dinero, todo se lo daban a el y que luego el se encargaba de administrarlo, intenté explicarle que eso no me parecía bien y que se estaba aprovechado de ellas, pero me cortó tajantemente, me dijo que ella era puta porque le gustaba serlo y que aunque no ganara nada seguiria dedicandose a eso porque disfrutaba con su trabajo y le gustaba mucho. Entonces le dije que podría conocer a ese chico e intentar negociar con él, me dijo que sin ningún problema y automáticamente cogió el teléfono y le llamó, estuvieron hablando un rato en rumano, yo no me enteraba de nada pero ella se reía bastante durante la conversación, cuando terminaron de hablar me dijo que sin ningún problema podía ir a vivir con ellos al apartamento y que esa misma noche si quería me podía quedar y aprovechar y hablar con él para negociar el tema económico, yo sonreí y le dije que de acuerdo, todo marchaba mejor de lo que me había imaginado.

Esa misma noche, cuando ella terminó de trabajar nos fuimos los dos hacía su casa donde nos esperaba Vali, que era el nombre del proxeneta, era el típico chulito rumano que tiene encandiladas a unas cuantas chicas y las explota por ...