Los desafíos a los que me he sometido - Relatos Eróticos

Los desafíos a los que me he sometido

... en concreto era la que se encargaba de la explotación ganadera.

A pesar de que estaban informadas de antemano de quién era yo y cuál era mi cometido se quedaron completamente impresionados al verme completamente desnudo sin nada de vello corporal y sobre todo al ver el gran anillo del escroto y la jaula del pene, pero lo que creo que más les llamó la atención era ver el poder que Madalina ejercía sobre mí; tras la presentación Madalina se dirigió a mí y me dijo:”Hemos venido a la boda de mi prima, pero tu no estás invitado, pero como tenías que venir conmigo con la ayuda de mi tía hemos preparado un programa diferente para ti, digamos que es un nuevo desafío, y consiste que en la nave que ves allí mi tía tiene una pequeña granja de cerdos y es justo allí donde vas a pasar estas tres semanas, y al cabo de las mismas deberás haber cumplido ciertos requisitos y si no tendrás un serio castigo”.

Mientras decía todo esto nos dirigimos hacia la nave en compañía de su tía y dos de sus primas con sus maridos, al entrar me enseñaron por encima donde estaban los diferentes tipos de cerdos, los lechones, los adultos, las parideras, los sementales, etc. y nos dirigimos hacía una pocilga independiente y aislada del resto que me dijeron que era la pocilga de los sementales, no era muy grande era cuadrada y tendría cuatro por cuatro metros, me dijeron que esa pocilga iba a ser mi hogar durante mi estancia en Rumanía, la explotación de su tía era una pequeña explotación doméstica y por supuesto no tenía nada más que tres sementales, pero como en el resto de la pedanía habían bastantes pequeñas granjas similares, su tía se había encargado de pedir prestados temporalmente otros siete sementales a vecinos y amigos con el fin de que yo tuviera diez compañeros de pocilga, la pocilga estaba totalmente cerrada con una puerta que se podía abrir por la mitad superior si se quería, tenía un pequeño respiradero y una bombilla en el centro del techo que no era muy alto (poco más de metro y medio), el suelo era de cemento liso y con una forma de cono invertido con una ligera inclinación hacia el centro de la pocilga donde se encontraba firmemente sujeta una gruesa argolla, justo al lado de una trampilla redonda de unos treinta centímetros de diametro, en las cuatro esquinas había como una especie de pesebres con sus bebederos; sin más preambulos y explicaciones metieron a los diez cerdos en la pocilga, a mi me parecieron enormes, segun dijeron pesaban unos doscientos kilos cada uno, casi la llenaban, y seguidamente tras ponerme las cadenas y la barra que usaba en el club con los perros y ponerme otra cadena de un metro y medio de largo sujeta al aro del escroto y que aseguraron a la argolla central del suelo de la pocilga, cerraron la parte inferior de la puerta y Madalina me explico en que iba a consistir el desafio.

“Bien water, desde que te vi con los perros en el club comencé a imaginarme esta situación y he aquí que con motivo de la boda de mi prima lo hemos ...