1. Lluviosa tarde de trabajo


    Fecha: 16/07/2019, Categorías: Masturbación Autor: Erothic, Fuente: CuentoRelatos

    ... vez sobre mi escritorio. Pero, al mismo tiempo, estaba plenamente consciente del lugar donde lo estaba haciendo, y ni siquiera me atrevía a pensar en la escena que se haría si alguien me pillase en ese momento. Desnuda, montada sobre mi escritorio y masturbándome como una zorra, sentándome una y otra vez sobre mi gran pito realista de plástico.
    
    Sin embargo, era justamente aquel temor el que me tenía con ese nivel de excitación. ¿Qué pasaría si alguien me descubriese? Además de las consecuencias laborales, sociales, mi reputación y mi potencial despido, ¿qué más podría pasar? Es decir, ya entrada en el pecado, que más daba aprovecharlo.
    
    Me imaginaba a mi jefe entrando en mi oficina, y la cara de sorpresa que tendría al verme en esa situación. Seguramente me daría mi espacio respetuosamente, o quizá me reprendería. Pero ¿y si yo no me detuviese? ¿Qué pasaría si continuara dándome placer frente a él? Quizá me miraría cual voyerista, o quizá se atrevería a participar.
    
    Aunque es casado, ningún hombre se resistiría a una oportunidad así, con una mujer joven y hermosa como yo. Después de todo él es mi jefe y no habría chantaje alguno, así, con esa misma complicidad, yo podría asegurar mi trabajo y él una buena follada. Ganar-ganar. ¿No?
    
    Fantaseaba casi recreando su presencia en la puerta, mientras continuaba penetrándome a un buen ritmo placentero, acompañando las sentadillas con unas suaves y firmes caricias en mi clítoris para complacerme todavía más.
    
    Pero, ¿me atrevería? ¿En verdad sería capaz de destruir un feliz matrimonio ancestral solo por mi estúpida caletera? ¿Y por qué no? Aunque mi jefe me lleve casi vente años, no esta tan mal, es decir, sus años buenos atrás han quedado, pero se conserva muy bien y un tanto en forma. ¿Por qué no? Sería solo una aventura, solo una vez, únicamente en aquella noche de placer y llena de humedad, tranquilidad y soledad.
    
    Me perdía en mi fantasía, al tiempo que la fuerte lluvia regresaba con más intensidad. El ojo del huracán había pasado, y la tempestad arremetía con toda su furia nuevamente. Era como si le hubiesen abierto el grifo a la llave nuevamente. La feroz tormenta goleaba sobre las edificaciones de la gran urbe, donde una ardiente secretaria se masturbaba con placer sobre su escritorio, montándose un buen pene, aunque fuese de maquila.
    
    El ambiente ensordecedor regresaba, era como aquellos días en los que me sentía protegida tan solo con cubrirme con las cobijas de mi cama. Exactamente era esa sensación la que me otorgaba la estridente lluvia que ensordecía cualquier otro sonido.
    
    Entonces, saqué el gran pene de mi cuerpo y me senté sobre mi escritorio, ahora en el vértice de su lado más angosto, abriendo las piernas hacía la puerta de mi oficina. En seguida, continué masturbándome regresando el glorioso juguete hacía mi mojada cavidad, deslizándolo un poco más despacio, pero con más placer, al tiempo que me estimulaba mi clítoris persiguiendo aquel aclamado orgasmo que sentía ya, a ...
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