1. Terapia de grupo 10


    Fecha: 22/03/2019, Categorías: Grandes Relatos, Autor: ant5cont, Fuente: TodoRelatos

    Carmen gira la esquina y enfila hacia el sitio donde tuvo lugar el último encuentro con el camello, el mismo donde pilló las anteriores veces.
    
    No se sorprende de no ver a nadie.
    
    Es un parque poco transitado y menos a esas horas. Hay un par de individuos paseando a sus perros para que hagan sus necesidades. Uno de ellos lleva lo que parece un Pitbull y tiene un leve parecido con el hipster, aunque pronto descarta que sea él.
    
    Ha llegado justo a la hora pero parece estar sola. Carmen no se engaña, seguramente la estén observando. Hasta que no estén seguros de que no la acompaña nadie no se acercarán, de modo que se sienta en el mismo banco donde le entregó el paquete y se dispone a esperar. Los minutos pasan lentos. Ella se aburre y por un momento está tentada de tirar de móvil, le han entrado un par de WhatsApps, pero resiste la tentación: no quiere que nadie la malinterprete si la están vigilando ¿Dónde se habrá metido el Gomorra? Curioso nombre que le suena a enfermedad venérea, no pudo evitar reírse cuando se lo dijo Diego. Pero resulta que se trata del título de una serie sobre la mafia napolitana. Un libro, una peli y una serie, todo el pack completo de un tipo que al parecer se tuvo que exiliar porque lo que contaba era tan real que habían puesto precio a su cabeza en Italia. En realidad el Gomorra tiene ese apodo porque se parece a uno de los personajes de las últimas temporadas, uno que llaman “Sangre Azul”. Parece que a él le gustaba el mote pero, como siempre, la gente tiende a abreviar y cuando les explicaba que se trataba de un protagonista de Gomorra, empezaron a llamarlo por ese apodo. Según Diego, no le gusta, pero es lo que tienen los motes, que te los colocan sin pedir permiso y tienes que joderte.
    
    Pasan veinte minutos de la hora y nada. Aguanta otros diez minutos y después se levanta y deshace el camino dirigiéndose a la boca de metro más cercana. Es entonces cuando pasa un coche a su lado con la ventanilla bajada y reconoce al Gomorra.
    
    - Sube - le dice.
    
    Asoma la cabeza y ve que el coche está vacío.
    
    - ¿Y tu jefe?
    
    Él le hace un gesto indicando silencio y con la cabeza le indica que se monte. No se fía de ella, teme que lleve algún micrófono o dispositivo de grabación. Carmen sube y permanece callada mientras él conduce. Están otro cuarto de hora dando vueltas, el conductor no parece estar pendiente más que de la circulación, con lo cual ella concluye que están siendo vigilados para ver si la siguen. Al final suena una llamada en el móvil que el tipo no contesta. Se limita a salir a la M30 y ahora sí, enfila hacia un destino concreto. Veinte minutos después, aparcan en la puerta de un bar que aparentemente está cerrado. Entran y pasan delante de un camarero que no les dirige ni una sola mirada. Ingresan por una puerta a una especie de almacén que da a un patio.
    
    Allí la esperan otros tres individuos. Uno gordo, con aspecto agitanado, alto y fuerte, cadenón de oro al cuello y rapado. El otro, más bajito y ...
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