1. La Mansión de la Lujuria [02]


    Fecha: 15/07/2019, Categorías: Incesto Autor: Nokomi, Fuente: TodoRelatos

    ... Aún así, decidió ir más allá. Se acostó en la cama junto a Inara, en el mismo lugar que había estado ocupando Lilén. Miró el pezón más cercano y lo acarició.
    
    —Hey, ¿qué hacés? —Protestó Inara.
    
    —Acá hay algo raro…
    
    —Rara sos vos. Y si no te molesta, voy a seguir con lo que estaba haciendo. Mirá que a mí no me importa tener público femenino.
    
    Para el asombro de Mailén, Inara se acarició la concha y luego se metió dos dedos. Comenzó con el ritmo de masturbación casi al instante.
    
    —Y mientras vos te tocabas… ¿Lilén solamente miraba?
    
    —Ni siquiera miraba. No le interesa mirar. Solo estábamos charlando.
    
    Mailén sabía que sus hermanas tenían actitudes extrañas y que eran unas gemelas muy unidas (quizás demasiado); pero pensar que estuvieran haciendo algo… inapropiado, era llevar las cosas demasiado lejos.
    
    —¿Así que mamá les permitió esto de… em… tocarse frente a la otra? Y por lo visto, lo debés hacer seguido, porque no te veo ni un poquito avergonzada al hacerlo frente a mí.
    
    —Ya estoy acostumbrada, y sí, tuvimos una charla bastante extensa con mamá sobre este tema. Establecimos límites y todo.
    
    —¿Y ustedes respetan esos límites?
    
    —Por supuesto —su cadera comenzó a menearse al ritmo de la masturbación—. ¿Me vas a dejar pajearme en paz?
    
    —Todavía no. Hay algo que no me cuadra.
    
    Inara sacó los dedos de su concha, bien cargados de flujo sexual, y los pasó por la cara de su hermana.
    
    —¡Hey, tarada! ¿Por qué hiciste eso? ¡Qué asco!
    
    Inara comenzó a reírse a carcajadas.
    
    —Eso te pasa por metida —le dijo—. Y no te hagas la asquienta, Mailén. Eso no te lo creés ni vos. Mirá si te va a dar asco el juguito de concha… sí, claro… justamente a vos.
    
    Mailén se puso roja como un tomate, sabía perfectamente a qué se refería su hermana.
    
    —Eso no tiene nada que ver. Sos mi hermana, no quiero los jugos de tu concha en mi cara.
    
    —Una cosa es que te moleste —dijo Inara, volviendo a la masturbación—, y otra muy distinta es que te dé asco. Todavía me acuerdo del quilombo que se armó cuando mamá y la tía Soraya te descubrieron cogiendo con Clarisa. Pobrecita, seguramente te hicieron aguantar tremendo discurso.
    
    —Así fue —Mailén sintió que había un dejo de empatía en las palabras de Inara, por eso bajó la guardia—. Me salieron con el cuento de que Dios creó al hombre y a la mujer de una determinada manera, para que estén juntos. Y que dos mujeres juntas es pecado, la que se puso más pesada con ese tema fue la tía Soraya, por supuesto.
    
    —Pero no se enojaron… —los dedos de Inara no se detuvieron en ningún momento.
    
    —Eso fue lo peor de todo. Hubiera preferido que se enojaran conmigo, que me dijeran algo como “No vamos a permitir una tortillera en esta casa”. En cambio, me mostraron todo su apoyo, y fueron muy condescendientes, como si yo fuera una mina con una enfermedad terminal.
    
    —¿Y es cierto eso? ¿Sos tortillera?
    
    —No, y lo digo en serio. Lo que pasa es que Soraya y Rebeca son muy chapadas a la antigua, ellas no entienden que ...
«12...789...12»