1. La Mansión de la Lujuria [02]


    Fecha: 15/07/2019, Categorías: Incesto Autor: Nokomi, Fuente: TodoRelatos

    ... ver ese movimiento porque ella misma lo estaba cubriendo con su cuerpo. También apoyó la cabeza sobre el pecho de su hermana, como si lo estuviera usando de almohada.
    
    —¿Qué hacen? —Preguntó Mailén, mientras su cerebro trabajaba a toda velocidad para entender qué había visto… porque no entendía la situación; pero sin duda había algo raro.
    
    —Nada… solamente estábamos charlando —respondió Inara, mirándola a la cara, con total calma.
    
    —¿Y vos qué hacés desnuda?
    
    —Es mi cuarto. ¿Acaso no tengo derecho a estar desnuda?
    
    —Pero… está Lilén.
    
    —Ay, Mailén —Lilén soltó una risita, sin moverse del lugar—. No digas boludeces, si hasta nos bañamos juntas, y lo sabés. ¿O acaso pensás que nos bañamos con la ropa puesta?
    
    Eso es muy cierto, Inara y Lilén hacen casi todo juntas, incluso bañarse. Mailén pensó que para ellas ver desnuda a la otra debería ser lo más normal del mundo. Sin embargo… una imagen había quedado grabada en su mente, como si su cerebro hubiera tomado una fotografía del momento exacto en el que irrumpió en el dormitorio. Inara estaba con la espalda arqueada, los ojos cerrados, y una clara expresión de estar sufriendo… o disfrutando. Y Lilén… su cabeza no estaba de lado cuando entró, sino de frente, como si estuviera mirándole las tetas a su hermana desde muy cerca.
    
    Pero esa imagen no tenía sentido. ¿Por qué dos hermanas harían algo así? Probablemente se había confundido… todo pasó demasiado rápido.
    
    —¿Vas a decirnos por qué entraste? —Preguntó Inara.
    
    —Em… la tía Soraya consiguió carne picada en el pueblo, eso significa que vamos a comer empanadas…
    
    —¿De verdad? —Lilén se sentó en la cama de un salto y miró a Mailén con los ojos llenos de ilusión.
    
    —Sí, de verdad… y la tía pidió algo de ayuda. Me imaginé que vos ibas a querer…
    
    —Sí… si es por comer empanadas, la ayudo con lo que sea. Incluso puedo cortar la cebolla, y yo odio cortar cebolla.
    
    Sin decir más, Lilén salió del cuarto a toda velocidad. A ella le gusta ayudar en la cocina, pero solo si el plato a preparar es de su agrado… y nada le agrada más que las empanadas.
    
    Mailén se quedó admirando el cuerpo delgado y esbelto de Inara. Su largo cabello rojo y ese vello púbico colorado la hacían parecer una ninfa. Miró bien la concha se encontró con varios hilitos de flujos.
    
    —¿Te estabas… tocando? —Preguntó Mailén. No le apetecía hablar de un tema tan íntimo con su hermana; pero su mente curiosa le decía que debía llegar al fondo de este asunto.
    
    —¿Y qué hay si lo hacía? ¿Acaso vos no te hacés la paja?
    
    Mailén ignoró la segunda pregunta.
    
    —¿Frente a Lilén?
    
    —Sí… compartimos la cama todos los días. Ya estamos acostumbradas… y antes de que pienses algo raro, te aseguro que esto ya lo charlamos con mamá… y nos lo tiene permitido. A ella no le molesta que nos hagamos la paja delante de la otra.
    
    Mailén también había tenido incómodas conversaciones sobre la masturbación con su madre, y lo que decía Inara le resultaba coherente con la Rebeca que conocía. ...
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