1. La Mansión de la Lujuria [02]


    Fecha: 15/07/2019, Categorías: Incesto Autor: Nokomi, Fuente: TodoRelatos

    ... la puritana, bien que me chupaste los dedos.
    
    —No te los chupé a propósito, es que… me los metiste en la boca sin avisar. ¿Qué otra cosa podía hacer? Sos una pelotuda.
    
    —Ufa, ¿te enojaste conmigo? Era solo una bromita.
    
    —No me enojé, por esta vez te la dejo pasar. Pero no me hagas ese tipo de “bromitas”, no me gustan. Una cosa es chuparle la concha a mi mejor amiga, y otra muy distinta es tragarme los jugos sexuales de mi propia hermana.
    
    —Ahora podés decir que conocés el sabor de mi concha —Inara soltó otra risita.
    
    A Mailén le pareció un comentario incómodo y divertido a la vez.
    
    —Es cierto… y puedo decir que la concha de Clarisa es más rica.
    
    —Auch, eso dolió. Pero, está bien, entiendo que no puedo competir con semejante rubia.
    
    —Ay, no seas sonsa, Inara. Vos sos preciosa… y Lilén también, obviamente. Son idénticas. No te hagas la “patito feo” porque no te lo voy a tolerar, sos demasiado linda como para jugar a eso. Y tu concha no está tan mal, solo digo que la de Clarisa es un poquito mejor.
    
    —Mmm… bueno, gracias.
    
    —Aclarado eso… vestite y vamos a la cocina. No quiero que la tía venga a ver por qué demoramos tanto.
    
    *¨*¨*¨*¨*¨*
    
    La cena levantó los ánimos de la familia Korvacik, en especial el de Lilén, que disfrutó de las empanadas como si fuera su última cena.
    
    En un momento Soraya se puso seria y miró a todos los presentes. Sin ningún tipo de preámbulo soltó:
    
    —En esta casa hay algo extraño. Puedo sentirlo. Hoy en el pueblo varias personas me dijeron lo mismo: la mansión está maldita.
    
    —Uy, qué originales —dijo Mailén, al mismo tiempo que agarraba otra empanada de la bandeja—. Una mansión embrujada. Es lo típico de todos los pueblitos, tía. Si hay una casa abandonada, tarde o temprano todos van a creer que está maldita o algo así.
    
    —Este caso es diferente. Hablan de una maldición que empezó hace mucho, cuando la habitaba la familia Val Kavian.
    
    —¿Y qué sugerís que hagamos? —Preguntó Rebeca, muy seria. Las gemelas miraban con los ojos desencajados, en especial Lilén.
    
    —Me hablaron de alguien que puede ayudar; pero… no pude averiguar mucho. Nadie se animó a decirme el nombre de esta persona.
    
    —Bueno, nos da un punto por donde empezar —dijo Catriel—. Tenemos que averiguar quién es esta persona y cómo podría ayudarnos.
    
    —¿De verdad, Catriel? —Preguntó Mailén, con incredulidad—. ¿Vos también te vas a creer lo de la mansión embrujada?
    
    —Eso me da igual —dijo, encogiéndose de hombros—. Pero sé que para la tía y para mamá es un asunto importante, y no me cuesta nada ayudarlas.
    
    —Es cierto, averigüemos quién nos puede ayudar, porfis —dijo Lilén.
    
    —Uf… está bien, hagan lo que quieran —Mailén puso los ojos en blanco, sabía que ésta era una batalla perdida—. Pero no cuenten conmigo, no pienso perder el tiempo con estas estupideces.
    
    —En algún momento vas a tener que recordar que somos una familia —dijo Rebeca—, y que nos ayudamos mutuamente. No podemos andar por la vida con esa perspectiva tan ...