1. La Mansión de la Lujuria [02]


    Fecha: 15/07/2019, Categorías: Incesto Autor: Nokomi, Fuente: TodoRelatos

    ... para hacerle la paja.
    
    —No, yo me estaba pajeando desde antes que ella entre. Simplemente seguí con lo mío. Listo, ya te dije la verdad, ahora… contame de la puta hermosa de Clarisa. Me imagino que los juguitos de su concha deben ser muy ricos.
    
    Volvió a pasar la mano llena de flujos por la cara de Mailén.
    
    —Ay, pendeja… la puta que te parió —esta vez las dos se rieron—. Ahora me quedó toda la cara con olor a concha.
    
    —De nada, sé que te debe gustar el olorcito a concha.
    
    —Mmm… el de Clarisa sí que me gusta. Y sí, sus juguitos son muy ricos, en especial porque se moja mucho.
    
    —Dios, qué lindo… ¿Y el culo, te lo chupó?
    
    —¿Que si me lo chupó? Me senté en su cara y le dije que no me iba a mover hasta que me metiera la lengua por todos los agujeros.
    
    —¡Esa es la puta de mi hermana! —Inara arqueó su espalda, estaba muy cerca del orgasmo—. Lo bien que se la habrá pasado Clarisa con tus nalgas en la cara… una privilegiada. ¿Y te quedaron ganas de seguir cogiendo con mujeres?
    
    —Mmm, no realmente. Porque, de verdad, no me atraen las mujeres en general. Aunque… quizás sí volvería a coger con Clarisa. Siempre y cuando mamá y la tía no se enteren, no tengo ganas de aguantar otro discurso sobre Dios, el pene y la vagina. Uy, Inara… calmate un poquito… —La aludida se estaba pajeando a toda velocidad, meneando mucho su cuerpo. Estaba en pleno orgasmo y los gemidos se estaban haciendo cada vez más evidentes—. Si querés acabar, avisame… al menos para eso te puedo dejar sola.
    
    —Muy tarde… ya estoy acabando… uf… qué lindo orto que tiene esa rubia.
    
    Mailén se rió.
    
    —Y eso que no la viste en cuatro, con un dildo metido en el culo.
    
    —Uy, dios… dios… —los espasmos de su cuerpo hacían que la masturbación se acelerase más por cortos períodos de tiempo—. ¿Te mostró cómo se metía un dildo por el culo?
    
    —¿Y quién te creés que se lo estaba metiendo?
    
    —Ay, ¿le gusta el anal a la rubia? Me vuelvo loca… ¿Y a vos? ¿También te lo metió?
    
    —Por el culo, no… esas cosas no me gustan. Pero ella tenía muchas ganas de probarlo, así que la ayudé.
    
    —Qué buena amiga… es una pena que no hayas podido disimular cuando la tía Soraya te sorprendió con ella.
    
    —¿Disimular? Imposible. Estábamos desnudas las dos, y yo le estaba metiendo la lengua por la concha, hasta la garganta más o menos… y la tía entró justo en ese momento. Una vergüenza tremenda… que mi tía, que fue monja, me sorprenda chupando una concha fue una de las experiencias más incómodas de mi vida. Y lo peor de todo es que Clarisa estaba acabándome en la boca, con lo que me gustó la última vez que lo hizo, me moría de ganas de sentirlo otra vez… y nos vienen a interrumpir justo en ese momen… bjua… mmm… agg… pará, pendeja. Te re fuiste a la mierda.
    
    Inara volvió a reírse a carcajadas. Aprovechó que sus dedos estaban completamente cubiertos de flujos vaginales y los metió directamente en la boca de Mailén.
    
    —Quise hacerte un regalito, para que recuerdes mejor la concha de Clarisa. Y no te hagas ...