1. Relatos cortos 5-Un despertar sin ti


    Fecha: 02/09/2022, Categorías: Lesbianas Autor: Bella15, Fuente: TodoRelatos

    ... —insistió, con su voz ronca.
    
    —De acuerdo, pero hazlo rápido —dije, al relajar mi cuerpo.
    
    —Por eso te amo —enunció, cuando metió sus manos debajo de mi falta.
    
    Ese era uno de los recuerdos más locos y electrizantes que guardaba en mi memoria y es que, Ayra podía ser tan convincente con esa sonrisa traviesa que muy pocas veces, tuve la voluntad para negarme a sus peticiones. Sin embargo, por más que quise saborear ese recuerdo y los otros que le siguieron, una parte de mi se esforzaba por ocultar el miedo que poseía de afrontar un panorama que desconocía. Porque, aunque pudiera movilizarme por mis propios medios, nadie me garantizaba que mi esposa pudiera recordarme y es así que, entre un anhelo y una ilusión, acabé en una habitación que no reconocí.
    
    Una habitación que lucía acogedora, pero al mismo tiempo un poco fría. Algo que pasé desapercibido, pues sin imaginarlo me topé con la persona a la que deseaba ver. Estaba frente a mí con sus ojos cerrados. Se veía tan hermosa en aquella batola blanca que por instinto sonreí, al recodar lo mucho que odiaba el color blanco. Caminé unos pasos y me acerqué para acariciar su mejilla, estaba algo tibia y sin poder evitarlo, me incliné para robarle un beso. Se sentía tan bien probar aquellos labios de nuevo, que juro por Dios que no me apartarme de ellos, hasta que percibí como el cuerpo de mi esposa comenzó a moverse.
    
    —Cariño, aquí estoy —dije, en un tono suave para que no se asustara.
    
    Aunque era evidente que luchaba por despertar, tal como si su cuerpo no siguiera sus indicaciones y cuando por fin, abrió sus ojos, mi corazón se aceleró.
    
    —¿D-d-donde e-e-estoy? —tartamudeó.
    
    —En casa —fue lo primero que se me vino a la cabeza.
    
    —M-m-me d-d-duele t-t-todo —expresó débilmente mientras sus ojos apenas se acostumbraban a la luz.
    
    —Tranquila, todo estará bien—sostuve sus manos—Mira, aquí están tus padres —mencioné.
    
    Al ver que de un momento a otro aparecieron mis suegros e incluso mis padres y no supe porque, si en un principio solo estábamos nosotras dos.
    
    —Y-yo no c-c-conozco a e-estas p-personas —dijo a medias.
    
    —¿Qué? —expresó un pelirrojo con una bata blanca.
    
    A estas alturas me importaba muy poco quien decidiera colarse en mi sueño, porque era evidente que aparecían sin ser invitados, pero aquel suave apretón en mi mano me hizo enfocarme en lo que realmente apremiaba.
    
    —Ayra, yo…—mi voz se congelo.
    
    —¿Q-quién e-es A-Ayra? —frunció el ceño y comenzó a desesperarse.
    
    —No, no —el médico se agarró la cabeza.
    
    —Cariño, no te preocupes, todo estará bien —quise tranquilizarla.
    
    —¿Y tú, q-q-quien e-e-eres? —me miró extrañada.
    
    Esas palabras me turbaron un poco e incluso sentí como todo comenzó a darme vueltas y sin que pudiera evitarlo, vi todo negro.
    
    —Hija, ¡Despierta! —
    
    Aquella voz me sobresaltó, pero al mismo tiempo, me sacó de aquella horrible pesadilla que me dejo aturdida y sin que pudiera evitarlo, mis lágrimas comenzaron a salir sin control. En medio de mi ...