1. Relatos cortos 5-Un despertar sin ti


    Fecha: 02/09/2022, Categorías: Lesbianas Autor: Bella15, Fuente: TodoRelatos

    ... casi me hacía llorar por lo intenso que era.
    
    —Tienes dos costillas fracturadas, al igual que parte del brazo, por eso debes estarte quieta —insistió mi padre.
    
    —¿Dónde está Ayra? —pregunté de nuevo, temiendo lo peor.
    
    —Ella se encuentra bien, despertó hace unas semanas —dijo mi madre con un semblante que me preocupo.
    
    —¿Unas semanas?, ¿Cuánto llevo aquí? —fruncí el ceño.
    
    —Llevas dos meses y medio. Aunque para ser honesto, tenía la esperanza de que despertarías primero que tu esposa —comentó mi padre.
    
    —Llévenme a verla, necesito saber que está bien —pronuncié, con la intensión de levantarme, pero el dolor no me dejó.
    
    —Por una vez, no seas tan testaruda, ¡Te vas a lastimar! —enfatizó mi madre.
    
    —Pero debo ir a verla, ¿Por qué no lo entienden? —dije frustrada.
    
    —Claro que lo entendemos, pero no puedes ir en esas condiciones —insistió mi madre.
    
    —Si me ayudan, claro que puedo ir —no quería darme por vencida.
    
    —Cariño—mi padre se acercó y me sujeto la mano—Aunque nos encantaría llevarte, ella no te reconocerá —dijo, con un tono triste.
    
    —Ella despertó sin lograr recordar algo —añadió mi madre.
    
    —A mí me reconocerá, veras que sí —no quería ceder.
    
    —Noha, no insistas, no te llevaremos —comentó mi padre.
    
    —Entonces iré yo sola —volví hacer el intento de levantarme, pero al hacerlo casi me caigo, pues mis piernas me flaquearon.
    
    —Hala, ve por una enfermera —expresó mi padre, mientras me acomodaba en la camilla.
    
    —No, quiero ir a verla, por favor —supliqué.
    
    Pero en ese momento escuché como se abrió la puerta y tras ella, venía mi madre con una enfermera. La mujer al verme sonrió tal como si hubiese estado esperando a que despertara, pero ni su linda voz apago mis deseos de ver a mi esposa.
    
    —No lo haga, necesito verla —le imploré, mientras mi padre me sujetaba.
    
    —Lo siento, pero es necesario —dijo y lo siguiente que sentí, fue una especie de mareo.
    
    Nuevamente había quedado en la oscuridad, pero aun estando allí, podía verla y eso reconfortaba mi corazón. Un corazón que se negaba a abandonar la idea de no tener cerca de mi esposa, pero como no sabía por cuanto tiempo me tendrían sedada, no me quedó de otra que sumergirme en mis recuerdos y de cómo me fui enamorando de mi chica.
    
    —Ayra, no seas traviesa —pronuncié con una sonrisa.
    
    —¿Soy traviesa por tocar la nalga de mi chica? —dijo, al ver lo nerviosa que me puse.
    
    —Sí, lo eres—sujeté sus manos—Nos pueden ver, ¿Por qué no lo entiendes? —expresé.
    
    —Si lo entiendo, pero en realidad, me tiene sin cuidado —me robé un beso.
    
    —Eres incorregible —mis mejillas se sonrojaron.
    
    —Entonces, ¿Te puedo sacar el panty? Apuesto a que esta empapado —se encontró expresando.
    
    —¡¿Que?! No, no. Ni se te ocurra —la amenacé.
    
    —¿Y por qué no? Nadie nos está mirando —expuso con una inocencia que me encantó.
    
    Sin embargo, en medio de mi nerviosismo, giré a todos lados y en efecto, la mayoría de las personas estaban ensimismadas en aquel concierto.
    
    —¿Me dejas? ...
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