El tormento de Elsa -36- - Relatos Eróticos

El tormento de Elsa -36-

Bueno, lo primero, perdón por el error. Mandé un capitulo posterior. TEngo varios escritos, par adelantar, y me equivoqué al subirlo. Este es el que tocaba.

Otro asunto. Revisando los relatos me he dado cuenta de ciertas incoherencias con las fechas, en cuanto a día del mes, así que cojamos como referencia la de este relato.

Pido disculpas por ello.

ELSA Y ANNA

MARTES 16 DE NOVIEMBRE DE 2010

A las seis, Elsa sintió como su padre la despertaba pellizcandole las tetas.

Anoche, después de la mamada en la cocina, terminaron de cenar y se fueron juntos a la cama, donde su padre la abrazó y se durmió apretada a ella, con una mano dentro del coño de la chiquilla, la cual, tras esperar unos minutos, gimiendo, se corrió usando la misma mano de su padre para masturbarse como si fuera un consolador, sin saber que su padre no estaba realmente dormido y disfrutó con esa experiencia de ver a su hija gozando así, mientras lloraba asqueada pero buscaba ese placer que él le daba.

-Buenos días mi niña. - susurró su padre en su oído, pellizcando sus tetas con una mano y acariciando su clítoris con la otra, notando a la chiquilla tensarse y gemir. - Hora de levantarse… una duchita, una limpieza a fondo, y a prepararse para el cole… a ver qué sorpresa tienes hoy. - el vello del pubis de la chiquilla empezaba a asomar. El hombre lo acarició y la chiquilla se tensó, mordiéndose el labio inferior cuando noto dos dedos de su padre meterse dentro de su coño, que empezó a lubricar enseguida.

-Hay que afeitar esto… - dijo su padre.

Elsa, corriendose, asintió gimiendo, apretando los deditos de los pies para no chillar de placer, asqueada. Ya suponía que hoy volvería a irse al baño a mamar pollas de compañeros, pero el padre sabía que hoy, le aguardaba una sorpresa muy especial. Estaba deseando saber qué tal le había ido a Silvia con Anna. Como deseaba ver la cara de Elsa cuando viera que su profesora de inglés también la usará a su antojo.

Su padre salió de la ducha dejando dentro a Elsa, de rodillas, bajo el agua, con su corrida aun deslizándose por la garganta.

-Lávate bien… te espero abajo con tu desayuno. En el dormitorio tienes la pomada y los calmantes.

Elsa asintió. Una vez sola, se sentó sobre sus talones y empezó a llorar. ¿Qué le pasaba? Había gozado con la mano de su padre anoche, y esta mañana, aún asqueada, gozaba, y ahora… o dios, como se la ha chupado, la cara de su padre era de gozo extremo, cada vez lo hacía mejor, y esa forma de abrazar las piernas de su padre para pegarse más a él, esa forma de meterse y sacarse la polla tan rítmicamente… Estaba convirtiéndose en una puta. Sin duda eran esas pastillas. Su padre le había dado una antes de ir a la ducha, recién levantada y estando aún en la cama, dejándola ahí hasta que diez minutos después le llamó desde el baño.

La chiquilla se lavó bien todo el cuerpo, y cogiendo la cuchilla de afeitar, rasuró bien su sexo, dejandolo de nuevo suave. Cuando acabó, salió de la ducha y ...