Matrimonio por interés y placer (4) - Relatos Eróticos

Matrimonio por interés y placer (4)

... lo pudo hacer y terminó cuando ella ya había relajado su orgasmo. Luis jadeando se recostó sobre su espalda y se mantuvo ahí hasta que su respiración se regularizó, en ese momento con voz suave le dijo

- Bájate de tu yegua Luis __ Y él se dejó caer a su lado diciendo

- Qué manera de cabalgar ¡Eres única! __ Sandra no respondió, tan solo fingió una sonrisa

A fuerza de hablar, negociar, ceder y mucho sexo, las “turbulentas aguas del caos” tomaron su cauce y poco a poco, pasadas unas semanas, su vida entró en la normal y personal rutina de cualquier matrimonio joven. Luis, buscando evitar discusiones por dinero, le proporcionó a Sandra tarjetas bancarias las cuales, en reciprocidad a esa confianza, ella solo utilizaba para obtener el efectivo necesario para cubrir sus pocos gastos personales y los normales de una casa

Su rutina diaria consistía en que por las mañanas Sandra se levantaba a preparar el desayuno cuando Luis se metía a la ducha, lo despedía con un beso en el porche de entrada de la casa y al cerrarse la puerta del garaje ella entraba a la casa para ducharse y después de recibir a la señora que le ayudaba se iba a la universidad. Pretextando diferencias de horarios, Luis decidió facilitarle la vida a su mujer proponiéndole juntarse a comer en algún restaurante para después regresar, él al trabajo y ella a la casa, donde al llegar charlaba un rato Vianey, la señora que la ayudaba en casa, una mujer de unos 50 años de edad quien llevaba varios años trabajando para la mamá de Luis y con quien Sandra había hecho amistad desde que era la prometida de “Luisito” y cuando ella se retiraba, Sandra estudiaba hasta que se volvía a duchar y se arreglaba para recibir a Luis

Y si bien los pocos fines de semana que llevaban juntos los pasaron con la familia, o viajando algún lugar cercano, entre semana Sandra escapaba de la rutina con el estudio y la pasión… De ahí que por las noches las caricias y los besos encendían el deseo y volcaban toda su pasión sobre sus cuerpos desnudos. A grado tal que cuando Sandra tuvo su primera menstruación como mujer casada, “echo mano” de tampones ya que, al usarlos además de permitirles dormir desnudos, su marido tenía libre acceso a su clítoris y si bien ella se negaba al sexo anal, decisión que Luis respetaba, le sobraban recursos para satisfacer a su hombre

Como el día en estando desnudos en la cama, ella se tendió boca arriba con su cabeza “colgando” hacia atrás en la orilla de la cama, Luis se puso de pie frente a ella quien comenzó a satisfacerlo con su boca y después juntó sus pechos con sus manos para que Luis metiera su miembro en medio de ellos y se moviera hasta eyacular, al terminar de hacerlo Sandra untó el semen por sus pechos y su vientre

- ¿Te gustó cogerme en las tetas? __ Le preguntó con voz sensual y él respondió

- ¡Me encantó! Las tienes deliciosas y verte untar mi semen en ellas y en tu deliciosa pancita, fue increíble, ¡Me encantas, eres un mujerón!

- ¿Sabes que ya me ...