Abre las piernas - Relatos Eróticos

Abre las piernas

... casi parecía que convulsionaba-.Aaaaaaaaah- chilló cuando alcanzó el climax, cerró las piernas y se sentó de golpe, su mente intentaba procesar qué le había pasado.-¿Queee... Que fue eso, que me hizo?- preguntó temerosa.

-Shh Nadia,tranquila. Calmante un poco, escucha. Lo que ocasionaba tu picor se llama excitación; estabas excitada y para que se te quitara tenía que masturbarte. ¿Sabes lo que es eso?-por supuesto que negó-. Pues cada vez que te sientas excitada tienes que tocarte como yo lo hice hasta que llegues a un punto donde no aguantes más, se debe sentir bien, te debe gustar. Practicando te darás cuenta cuáles son los lugares donde te guste más tocarte, entiendes?

-¿Es correcto que lo haga? No sé si a mi madre le guste...

-No tienes porqué decirle. Hay cosas que una mujer no le dice ni a su madre, tienes derecho a tener privacidad. Es sano, y te prometo que en lo que respecta a mi, de mi boca no saldrá ni una palabra sobre esto, de acuerdo?- la abracé para que sintiera más confianza

-Gracias Doctora Anna, me alivia poder confiar en usted.

-Dime Anna, somos amigas ¿no? Ahora ponte la ropa interior y la falda, ¿sí? recuerda siempre escoger un buen momento para ya sabes qué, en el que estés segura de tu privacidad, en la ducha o en la cama antes de dormir son los mejores momentos, solo no hagas mucho ruido para que tu madre no se de cuenta.

Nadia asintió sonriendo me dio un abrazo, un beso en la mejilla y se marchó alegre.

Un rato después me pregunté si quizás no habia ido muy lejos.

Unas semanas después recibí un mensaje de texto de la madre de Nadia, decía "¿Puedo llamarla, necesito hablar con usted?"

Me sentí ponerme pálida ¿Que le diría si se había enterado de que había enseñado a su hija a masturbarse? Qué tonta había sido al suponer que Nadia podía ocultarle algo así a su madre.

De repente suena mi teléfono y la llamada entrante de la madre de Nadia llega sin yo haberle confirmado que podía recibirla.

-¿Hola?- dije un poco sin aliento.

-Doctora Anna, de verdad lamento molestarla pero no tenia a nadie mas a quién acudir. Se ha presentado una emergencia en mi trabajo y no podre buscar a Nadia a la salida, en realidad saldré muy tarde en la noche. ¿Es posible que pueda cuidar de ella hasta que yo la pueda buscar? No quiero que se quede sola en casa y sé que con usted está segura.

Respiré tan aliviada que casi río

-Por supuesto Sra Celia, no tiene nada de qué preocuparse. Solo tiene que llamar al colegio y explicar porqué Nadia se irá conmigo, usted conoce el protocolo. Para mi será agradable cuidar a Nadia todo el tiempo que sea necesario.

-Se lo agradezco profundamente. Sé que con usted tendrá disciplina, le ruego que se asegure de que haga la tarea.

-Se lo aseguro, pierda cuidado.