Abre las piernas - Relatos Eróticos

Abre las piernas

... había enfemado de esta manera- lo dijo de manera que sonó como si fuese culpa de la pobre muchacha haberse enfermado.

-Pierda cuidado, es muy normal a su edad. Es bueno que siempre haya sido una chica sana. Además se nota que es una buena muchacha.

-Bueno, criarla ha sido un camino de disciplina, solo espero lo mejor de ella. Usted entenderá que en esta vida la rectitud es lo más importante. He tenido que criar a Nadia yo sola, por ello he debido ser dura y estricta, solo así será una mujer de buena honra.

-Son muy buenos valores- le dije sin estar muy de acuerdo. Era evidente que inspiraba respeto en su hija pero también miedo.

Al fin me fui y regresé al siguiente día. Nadia había mejorado y luego de sus medicamentos hablé un poco con ella

Era muy tímida, e inocente pero inteligente también. Su madre no la de baja usar maquillaje pero poco lo necesitaba, tenia belleza natural. Mientras me hablaba yo no podía dejar de ver esos enormes senos ocultos debajo de su ropa.

Pasaron los día y Nadia mejoró, cuando regresó al colegio iba a visitarme al consultorio de vez en cuando y me traía alguna cosa que su madre le habría encargado darme.

Nadia tenia pocas amigas en el colegio, su madre no le dejaba ir a sus casas ni a hacer trabajos y las otras chicas con padres menos estrictos solían burlarse de su inocencia y lo santurrona que parecía.

Un día en el recreo de las chicas, Nadia fue a verme. Me habló un buen rato pero la noté un poco inquieta.

-¿Te ocurre algo?

-No... Bueno, si, creo... No estoy segura. Es que... Me da vergüenza...

-¿Que te da vergüenza?-me reí con ternura-. ¿Qué te puede dar vergüenza Nadia?

-Es qué... Hay algo que me incomoda un poco..

-¿Y qué es?- cada vez la veía mas inquieta y su piel blanca se hacía roja

-Tengo una clase de molestia...

-¿Molestia? ¿Te duele algo?

-No, no es dolor. Es más bien... ¿Picor?

-¿Picor?

-Sí, es eso...

-¿En dónde exactamente?

-Pues... No creo que lo pueda decir en voz alta, creo que mi madre me mataría.

-Bueno Nadia, ella no está aquí. Y yo no le diré.

-¿Lo promete?

-Por supuesto.

-Bueno- dijo aliviada-. El picor proviene de, bueno... Allí abajo, usted me comprende...

-Entiendo- le digo para no obligarla a decir nada más y que se sintiera más incomoda-. Tranquila, todas las mujeres solemos tener algún tipo de... molestia, por esa zona alguna vez y es completamente normal, si?- ella asintió con confianza-. ¿Sientes ese picor todo el tiempo?

-No, solo algunas veces. Y no me toco, no quisiera hacerme daño. Además mi madre me lo prohibió.

-¿Podrías decirme si tienes algún problema para orinar? ¿Te duele cuando lo haces?

-No no, para nada.

-De acuerdo ¿Sientes ese picor justo ahora?

-Pues la verdad un poco...

-Bien, te preguntaré, solo si te sientes realmente cómoda ¿Me permitirías mirar esa zona para comprobar que no hayan problemas?

-¿Qué? Bueno, preferiría que no, si le tiene que decir a mi madre, no creo que ...