1. Abre las piernas


    Fecha: 23/08/2022, Categorías: Lesbianas Autor: Naty6666, Fuente: TodoRelatos

    Nota: Todos los personajes involucrados son mayores de 18 años
    
    .......
    
    Esta es la historia de cómo probablemente me meta en graves problemas. Pero qué más da.
    
    Soy doctora, trabajo en el consultorio de un colegio católico de niñas. Soy la encargada de la salud de las chicas. Es un colegio extremadamente estricto, las niñas usan faldas largas y ropas holgada,la mención de la palabra "hombre" era poco usual y casi reprochada. No había ni una sola persona dentro del personal que fuese hombre, ni siquiera el jardinero.
    
    En fin, todo marchaba bien cuando un día por la mañana una de las maestras trae a mi consulta a una de sus alumnas. Era una chica de último año alta y rubia, ardía en fiebre. Estaba cubierta por la ropa grande del colegio así que le pedí que se quitara el suéter, y fue cuando entendí porqué era tres tallas mas grande que ella, tenía los senos enormes, incluso para su edad, que era 18. Intenté no mirarla mucho porque se notaba muy tímida e incómoda. Le tomé sus signos y le di medicamentos para la fiebre.
    
    -¿Cual es tu nombre?- le pregunté
    
    -Nadia..-respondió en voz baja
    
    -¿Te duele algo aparte de la fiebre Nadia?
    
    -Sí... La garganta, me duele tragar
    
    -Déjame ver, abre la boca grande por favor.
    
    En unas horas llegó su madre, su semblante era duro parecía una mujer muy estricta y de inmediato la regañó porque se había quitado el suéter del colegio y por lo tanto exhibía su cuerpo. Me pareció un poco rara, además no había nadie salvo mujeres en por lo menos dos kilómetros de distancia
    
    -Se lo pedí yo- le dije-. Necesitaba hacer la exploración debida. Su hija ardía en fiebre y se debe a una infección en la garganta.
    
    Era normal, a esa edad todos sufrímos de la garganta. Le receté unos antibióticos y cuando la fiebre bajó se fueron a casa.
    
    Al siguiente día, la madre de Nadia me llamó pidiendo consulta a domicilio ya que necesitaba que le inyectase el antibiótico a Nadia.
    
    Llegué a su casa, y sentí un aire muy serio, no se escuchaba ningún ruido, todo estaba en orden y Nadia estaba en su habitación acostada.
    
    -¿Como te has sentido Nadia?
    
    -No muy bien, he tenido fiebre todo el día.
    
    -Tranquila, con los analgésicos y el antibiótico pronto estarás mucho mejor. Necesito que te acuestes boca abajo
    
    -¿Por qué? No va en el brazo esa inyección- preguntó su madre un poco inquieta
    
    -No, esto se inyecta en el gluteo- le expliqué-. Será muy rápido.
    
    Nadia se volteó y se bajó un poco el pantalón de su pijama. De nuevo me asombré por la forma de su cuerpo, su cintura era pequeña y sus caderas anchas. Limpié su glúteo con un algodón con alcohol e hice las inyecciones rápidamente.
    
    -¿Te dolió?
    
    -No... Casi no sentí nada.
    
    -Bien-le sonreí-. Ahora descansa, mañana vendré por la otra dosis. Te aseguro que te sentirás mucho mejor.
    
    Su madre me acompañó fuera de la habitación. A pesar de su carácter, me trataba amablemente. Me ofreció una merienda que acepté con cortesía.
    
    -Le agradezco mucho, Nadia nunca se ...
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