1. El novio de mi hija


    Fecha: 13/07/2019, Categorías: Anal Autor: VictoriaSG, Fuente: TodoRelatos

    ... ¿Cómo?
    
    - Jonathan, he venido a que me folles.
    
    - No puedo hacerlo.
    
    - ¿No te ha gustado la mamada?
    
    - Joder, claro que sí.
    
    - Pues imagínate meter la polla en este culo tan experto.
    
    Me quité el tanga y se lo tiré a la cara. Lo olió disimuladamente, lo tenía en el bote. Fui subiendo la falda poco a poco y no apartó la mirada en ningún momento. Sentado en el colchón, observaba como me metía los dedos en la vagina delante de sus narices. Su verga se volvió a llenar de sangre y apuntaba al techo. Le cogí una mano para que él mismo acariciara mi parte más íntima. Ya no se podía resistir.
    
    Me dejé caer sobre él y le comí la boca a mandíbula abierta. Besaba muy bien. Era apasionado a la par que tierno. Me desabrochó la blusa y me agarró las tetas, de un tamaño ideal para sus manos, con mucha delicadeza. Preparada para todo, lo recosté sobre el colchón y me subí en él. Lubriqué su rabo con mis fluidos vaginales y después me introduje su falo en el recto.
    
    No era la primera vez que tenía sexo anal, pero sí con una tan grande. Su polla llegaba más adentro que ninguna que hubiera tenido en mi interior. Llevé sus manos hasta mis nalgas para que se sujetara con fuerza mientras lo montaba. Con mis propias manos recorrí su torso y sus brazos musculados, era justo lo que buscaba y necesitaba. Mientras yo cabalgaba, él embestía desde debajo. Su vigorosidad me ponía a cien, estaba chorreando como hacía años que no me sucedía, me volvía a sentir joven.
    
    Me daba con tanta fuerza que incluso me proporcionaba un pequeño dolor muy placentero. Sus huevos colisionaban contra mi culo, era un choque de trenes. Sus manos pasaron del trasero a las tetas cuando apoyé las mías sobre su pecho. Finalmente, me sujetó por la cintura para elevarme y bajarme al compás del polvo. No me extrañaba que mi hija estuviera tan pillada, lo que no tenía lógica era que lo estuviera él.
    
    Aguantamos así durante mucho tiempo, aunque pasó volando. La intensidad aumentó hasta proporcionarle un gran orgasmo. Dejé que se corriera dentro, quería sentir su semilla dentro de mí. Sin dejarlo salir de mi interior, me agaché para besarlo y me comió las tetas, poniendo especial atención en mis erectos pezones, lo cual me proporcionó una nueva oleada de placer en mi coño, que debería esperar para ser satisfecho.
    
    - Mi hija no debe saber nada de esto.
    
    - No se lo diría ni loco
    
    - A partir de ahora nos darás placer a las dos.
    
    - ¿Quieres decir a la vez?
    
    Nunca me lo hubiera planteado, pero la simple idea me hizo esbozar una sonrisa.
    
    Continuará... 
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