Los secretos de Jota: Noche intensa de verano(VII) - Relatos Eróticos

Los secretos de Jota: Noche intensa de verano(VII)

... de su polla entrando y saliendo duro.

Su culo. Su culo estaba cerradito. Nunca lo habían profanado, y si bien un nerviosismo le recorrió el cuerpo, no quiso negarse. Ya fuera por lo cachonda que estaba, ya fuera por que no quería que aquella follada con aquel chico tan guapo terminara, no opuso resistencia.

Apuntó el glande duro y rojo por la fricción y lo apretó contra el ano de aquella chica. El tacto prieto, firme y muy terso debido a una tensión generada al apretar por miedo su esfínter, produjo en su polla una excitación tal que mucho tuvo que contenerse para no empujarla violentamente dentro hasta que su pubis chocara con sus nalgas. Pero se contuvo, sorprendentemente se contuvo, y espero tan solo unos segundos en los que fue introduciéndola lentamente degustando ese tacto.

¡Ay el tacto! El tacto que empezó a ser mucho más profundo, como un shock eléctrico que le recorrió todo el cuerpo, como un voltaje de alta tensión erizando todos los vellos de su piel. Era una conocida y placentera sensación, pero la técnica era espectacularmente superior a cualquier otra que hubiera probado. Y es que el primer contacto firme de la boca de Guille empezando a apretar sus labios contra el glande de Adrián era una sensación tan perfeccionada que Adrian no dudó en asumir que las tías que se la habían comido antes, eran una mojigatas de categoría.

Y claro, se dejó llevar.

Esa boca era tan placentera, apretaba tan bien sus labios, movía tan bien con su lengua, jugueteando hábil, rápida, y con movimientos cortos en su glande; y lenta, amplia y muy húmeda lamiendo el resto de su tronco, que no importaba los minutos ni las horas que llevara allí con los ojos cerrados dejándose hacer. Dejándose llevar. Era un paraíso. Un paraíso donde a veces disfrutaba su glande con juegos de saliva, labios, dedos y besos; otras veces su tronco duro y grueso con pajas aceleradas, luego lentas, otras mas intensas y fuertes…; y otras veces jugaba sus huevos que aparecían y desaparecían dentro de la boca de Guille. Un Guille que estaba soltando cantidades de precum perdidas por la toalla. A veces también se mezclaban con blancas y líquidas babas, ya que por el grosor y tamaño de aquel pollón Guille no podía más que expulsarlas tras aguantar con la polla en su boca, casi completamente dentro, un par de minutos como máximo.

Y es que si seguía así, recibiendo ese grado de placer, con ese morbo, con esa técnica, no iba a aguantar más de un par de minutos, pues Adrían eyacularía en aquella boca, casi sin darle tiempo a que se la sacara.

Y la verdad que no. Que no aguantaba mucho más, dos minutos como máximo. Si seguía bombeando sin sacarla para respirar y dejarla sin tocar un minuto, Cristian se correría dentro, dentro de ese culo.

Uf…. Y qué más da que pase - dijeron los tres al mismo tiempo para si.

Y un primer minuto en el que el placer de Adrian con los ojos cerrados se elevó hasta la locura, donde un movimiento rápido y firme le pajeaba el tronco, ...