Los secretos de Jota: Noche intensa de verano(VII) - Relatos Eróticos

Los secretos de Jota: Noche intensa de verano(VII)

... nuevo amigo si no fuera porque éste se apartó un poco.

Pero esa incomodidad fue lentamente pasando a un estado agradable de disfrute, ya no solo por el tranquilo mar y por la agradable brisa y silencio nocturnos, si no por la sexy compañía de Guille que con aquella mirada, aquella sonrisa blanca y perfecta y la musicalidad sensual de su voz generaba un estado de paz que no había notado nunca.

Sin darse cuenta empezó a dejarse llevar, a disfrutar de aquellos momentos en que Guille se acercaba a él y le rozaba con sus brazos fibrados o con sus piernas bajo el agua. En una ocasión, tras una aguadilla juguetona de su nuevo colega, Adri salí tosiendo un poco y éste le sujetó con un brazo por la espalda y otro por el pecho para sujetarlo y que tosiera con tranquilidad, ya que ninguno tocaba fondo.

Entonces la boca y los labios de Guille se acercaron tanto como para humedecer los de Adrian, al que el contacto de aquellos suaves y carnosos labios le produjo una sensación extrañamente agradable. Se quedó inmóvil, pero no se apartó. Motivo que alentó a Guille a seguir besando a aquel chico, incluso introduciendo tímidamente su lengua en la boca de su compañero de baño.

Adrián tardo en ser consciente de que su polla empezaba a crecer rápidamente bajo el mar y decidió que si había llegado hasta allí era por algo, así que empezó a mover sus labios y su lengua - de forma un poco más torpe que Guille, dicho sea de paso - pero dando pie a un beso largo, húmedo, agradable, nocturno y secreto. Para Adrián era un primer morreo con un hombre, pero lo podía describir como muy placentero, prieto, sensual y profundo. Un beso apacible y morboso muy diferente al beso que Cristian le daba a aquella chica sueca. Pues este era un beso rudo, con una tensión labial que se marcaba férrea, dominando los movimientos de los delicados labios de ella. Un beso intermitente debido a los gemidos sordos y exhalaciones de Cristian al penetrar duramente contra el fondo de la vagina de su presa, que botaba sudorosa y muy excitada sobre el férreo mástil erguido y prieto de su rubio amante. Un beso cortante, interrumpido también por unos susurros que apenas entendía y que fuertes y violentos como un torrente profundo salían del fondo de la garganta de Cristian: “muévete más zorra”, “disfruta de mi pollón”, “nunca van a follarte tan rico”, “muévete juguetito y sácame toda la leche” “que la notes rodar por tu interior hasta ahogarte”.

Es por ello que no respondió, solo se dejó abrazar por aquellos fuertes brazos de Guille y descansar junto a la cara sensual mientras las piernas de ambos, azotando el agua rápidamente, les mantenían a flote.

Adrián no fue consciente de que su enorme polla seguía dura y gruesa como un mástil. Por eso, accedió y ambos muy juntos, luchando contra la leve corriente que los volvía a meter hacia dentro, consiguieron salir del agua hasta que sus pies tocaron de nuevo arena seca.

En ese mismo instante Guille abrió los ojos sorprendido gratamente al ...