1. ¡Si me duele, pero me gusta sentir su verga en mi culo!


    Fecha: 11/07/2019, Categorías: Anal Autor: Tonyzena67, Fuente: CuentoRelatos

    ... -Le pedí que se pusiera en la orilla en posición de perrito, puse una especie de banca acolchonada, algo que en algunos lugares he escuchado le llaman otomán. En esa posición ella podía ver lo que pasaba en los espejos, pero en vez de asomarle mi glande me senté en esa banca y me dirigí a chuparle el ojete a morir. También a mí me daba la oportunidad de mirar a través de los espejos las expresiones faciales de esta niña, que disfrutaba plenamente cuando paseaba mi lengua a través del canal de sus dos hermosas nalgas y chupaba su conchita hasta llegar a su clítoris. Ella solo exclamó algo así: ¡Por Dios! Así me vas hacer acabar rápido… Usted si sabe lo que hace. – Me decía.
    
    Su conchita se mojó rápidamente y su culo solo miraba como apretaba el ojete cada vez que sentía mi lengua. Podía observar su piel erizada y sus dientes frontales mordiendo sus labios. Me paré y la puse con su cuerpo más horizontal y no con ese ángulo de sus tetas chocando con la superficie de la cama. Ella podía ver cómo le acerqué mi glande, le escupí el ojete y comencé a hundirle uno de mis dedos. Reaccionó a la invasión con un gemido y le pregunté: ¿Te dolió? -Me explicó que era una sensación rara e incómoda, pero me dijo que le gustaba. Le dije que si quería mientras yo le invadía el culo con mis dedos, que se masturbara. Ella respondió que le daba pena hacerlo… que nunca se había masturbado en frente de nadie. Le insistí un poco y pude ver que se comenzó a tocar el clítoris. Eso muchas veces relaja a las chicas mientras uno intenta invadir ese apretado ojete.
    
    Le comencé a restregar su ojete con mi glande pues a pesar de mi edad produzco mucho líquido pre seminal. Le golpeaba el culo con mi verga y Marisol volteaba a ver al espejo y me dijo: -¡Que rico se mira eso! En ese espejo se le mira mucho más grade su cosa. – Me decía sonriendo. Ya mi pulgar se había hundido y el dedo de en medio se había hundido en su totalidad. Le volví a escupir el ojete y le empujé mi glande para empezar la invasión. Gimió cuando apenas se le hundió diciendo: ¡Cabrón… si duele, pero que rico se siente! -Me fui despacio y podía ver todas esas expresiones faciales de Marisol y parecía que aturraba la cara del dolor y se lo tuve que preguntar: ¡Si me duele, pero me gusta sentir su verga en mi culo! – me contestó. Estaba toda adentro y ya sintiendo como su ojete se contraía, yo también le contraía mi verga. Marisol comenzó con esta plática:
    
    -¿Le gusta? A mí me gusta como la mueve por dentro.
    
    -¡Estas rica Marisol… tienes un culo muy deseable!
    
    -¡Me cogió el culo… nunca imaginé que podría con esa tremenda cosa!
    
    -¿Te lo imaginabas así?
    
    -Sabía que me iba a doler, pero era algo que quería intentar. Nunca pensé que me tocaría una verga como la suya.
    
    -Nunca lo intentaste con un vibrador o algo así.
    
    -No tengo… vivo con mis papás y me moriría de vergüenza que algún día ellos encontraran algún aparato así en mi habitación. Sofía me lo aconsejo, pero no me gusta esa sensación del ...
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