1. Escapada a la montaña con mi madre XI


    Fecha: 09/07/2019, Categorías: Incesto Autor: Edipo, Fuente: TodoRelatos

    Era la mañana siguiente y el sol comenzaba a entrar por la ventana. Mis ojos apenas comenzaban a acostumbrarse a la luz cuando pude sentir a mi todavía dormida madre descansando a mi lado. La verdad es que todavía no me acostumbraba a esos despertares, pero puedo asegurar que era una sensación de la que nunca podría hartarme. Me quedé un rato mirándola, observando cada detalle de su majestuosa presencia. Su preciosa y despeinada melena rubia tapaba parte de su cara, en la cual se podía apreciar una expresión de felicidad como pocas he visto. En cuanto a su cuerpo supongo que os podéis hacer una idea. Todavía conservaba parte de su lencería, concretamente las medias, mientras que el resto se encontraba completamente desnudo. Esto incluye por supuesto sus preciosas tetas, en las cuales se podían apreciar varios chupetones reflejo de la noche de vicio y desenfreno que habíamos vivido.
    
    Intentando no despertarla conseguí apartarle el brazo que reposaba sobre mi pecho y me dispuse a bajar a la cocina a por un vaso de agua, ya que aquella mujer me había dejado más que seco. Una vez abajo me asomé al jardín para tomar algo de aire fresco mientras me hidrataba. La verdad es que hacía una mañana maravillosa, de de esas en las que el cuerpo te pide no salir de la piscina en todo el día, pero apenas eran las nueve y, sinceramente, estaba que no me tenía en pie, por lo que decidí acabarme el vaso de agua y subir a seguir durmiendo todo lo que pudiera (había que recuperar fuerzas por lo que me pudiera deparar el día). Una vez llegué a la habitación me di cuenta del fuerte olor de esta, el cual en este contexto no describiría como desagradable, sino incluso todo lo contrario. Definitivamente esa habitación olía a sexo. Este olor hizo que mi instinto comenzara a despertarse, y precisamente las vistas que ofrecía mi madre no era que ayudaran mucho. En ese momento me apetecía demasiado despertarla y darle un buen desayuno, pero viendo lo plácida que dormía y lo cansado que yo estaba, supuse que lo mejor sería descansar todo lo posible, al fin y al cabo, de eso tratan las vacaciones. Dicho esto me tumbé a su lado, rodeándola entre mis brazos y cayendo rendido a los pocos minutos.
    
    La siguiente vez que abrí los ojos mi madre ya no estaba a mi lado, por lo que lo primero que hice fue mirar la hora. Efectivamente había estado durmiendo lo que no está escrito, ya que prácticamente eran las tres de la tarde. Antes de nada sentía que mi cuerpo necesitaba urgentemente una ducha, tanto por librarme del sudor acumulado como por intentar despejarme de una vez, y la verdad es que funcionó la mar de bien. Salí de esta fresco como una lechuga, me sequé un poco y fui a mi cuarto para ponerme unos shorts. Abajo me encontré a mi madre, la cual estaba comiendo en la terraza cubierta por una bata granate muy fina, de un material parecido a la seda. Vi que en la cocina había una olla de macarrones al pesto todavía caliente (como dato os diré que es una de mis comidas favoritas), ...
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