1. Elliot y el Abuelo (2)


    Fecha: 22/03/2019, Categorías: Incesto Autor: Nando69x, Fuente: SexoSinTabues30

    ... el pene en la boca y comenzó a chupárselo de la misma manera como se chupaba la lengua del chico cuando lo besaba. Gemidos y quejidos salían de la boca del niño mientras el abuelo le mamaba la polla hasta que de nuevo el pene del chico volvió a brotar ese líquido espeso y blanquecino, pero esta vez dentro de la boca del viejo. El abuelo parecía que se estaba degustando el mejor manjar que existía en el mundo porque cuando la polla del chico comenzó a expulsar todo ese líquido, desesperado y ansioso comenzó a tragárselo, a limpiar con su lengua todo lo que había derramado entre el vientre y falo del chico sin dejar perder ni siquiera esa última gota que en el huequito del prepucio quedó.
    
    Cuando ya no había más nada que tragar ni limpiar, el abuelo del video le soltó la polla al niño, lo levantó de la cama y lo puso en cuatro patas sobre el colchón dejando el culo del niño expuesto. De inmediato comenzó a sobar las nalgas del chico, apretando con fuerzas y luego, con las dos manos separó las nalgas del chico y sin perder tiempo enterró el rostro en aquel trasero que se movía provocativo ante él. Comenzó a lamer el ano del joven que se veía dilatado, introduciéndole la lengua repetidas veces en aquel orificio hasta que se levantó y se paró detrás de él. Se agarró el largo y duro pene, colocó la punta en el hueco del ano que se abría y cerraba como si quisiera tragarse algo y sin perder tiempo introdujo todo ese gran tronco dentro del recto del chico.
    
    El chico se arqueó cerrando los ojos al mismo tiempo que abría la boca soltando un gemido de placer. De inmediato, el abuelo comenzó a moverse de una manera fiera, dura y desesperada, gruñendo él como un animal y el chico gimiendo como un gatito hasta que el cuerpo del abuelo cayó agotado en la espalda del chico.
    
    Ante esa imagen tan fuerte, yo me quedé paralizado. Me sentía eufórico, pero al mismo tiempo impresionado y asustado porque me era imposible creer que un pene tan grande pudiera entrar por ese orificio tan pequeño del ano, un lugar que solamente se usaba para defecar. Sorprendido y con el corazón retumbándome en los oídos, no podía despegar los ojos del televisor.
    
    Mi abuelo debió haber notado mi estado de perturbación porque detuvo la película y me preguntó:
    
    — ¿Sucede algo, bebé?
    
    —Eh… —abrí y cerré mi boca sin poder gesticular las palabras, con los ojos aun clavados en la imagen que quedó detenida en la pantalla: el abuelo sacando el pene del ano del niño, dejando su orificio muy pero muy abierto.
    
    — ¿Estas sorprendido por lo que ves? —su voz me sacó de mi aturdimiento, lo miré y afirmé despacio con los ojos aun abiertos. Mi abuelito sonrió, sentándose en la cama haciendo que yo lo imitara y luego con ternura continuó hablándome—. No tienes nada de qué preocuparte, mi bebé, porque todo lo que has visto es normal, es lo que pasa entre dos hombres que se casan y se unen para amarse. Eso es lo que hacen los esposos, es más, tus padres también tenían ese tipo de relaciones ...
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