1. Elliot y el Abuelo (2)


    Fecha: 22/03/2019, Categorías: Incesto Autor: Nando69x, Fuente: SexoSinTabues30

    ... claro que dos personas del mismo sexo como tú y yo pueden besarse y amarse, sin ningún problema. Por eso es que ellos —señaló de nuevo la imagen detenida en la pantalla, yo la miré—, lo hacen tranquilamente porque se aman y están casados. Las personas del mismo sexo se besan cuando comparten un mismo sentimiento, cuando los une un amor muy grande; así como el que nos une a nosotros. Y ahora que nos hemos casados, que somos esposos, podemos demostrarnos el amor que sentimos con besos y caricias todo el tiempo que queramos.
    
    Él me miró sonriendo y con su regordete dedo me tocó suavemente mis labios.
    
    —Tú podrás besarme de la manera como el chico besa a ese hombre mayor porque ahora eres mi esposo y yo soy tú esposo, tenemos todo el derecho de hacerlo donde queramos ¡Claro! solo si nos encontramos en un lugar donde nadie nos puedan ver o estemos dentro de la casa. Recuerda la regla que de ahora en adelante debemos guardar:“nadie debe saber que nos casamos y de las cosas que hacemos cuando estamos juntos” —yo moví la cabeza afirmando en silencio—. Debes saber que el hombre y el niño que vemos en ese video ya se casaron anteriormente y viven juntos disfrutando de su amor ¿Si entiendes eso?
    
    Yo volví afirmar en silencio, aunque en el fondo seguía confundido
    
    —Bien, cuando deje continuar la película te darás cuenta que ellos son dos personas como tú y yo. Observarás que ambos andan desnudos por toda la casa, duermen juntos demostrándose lo mucho que se aman con sus besos y caricias —mi abuelito me tomó de la mano y la entrelazó con la suya llevándosela a los labios para darle un beso, haciéndome cosquillas con los pelos de sus gruesos bigotes.
    
    Sonreí cerrando los ojos ante las cosquillas, pero de pronto una duda invadió mi cerebro haciendo que arrugara mi frente. Mi abuelito lo notó y me preguntó qué me sucedía. Yo le respondí:
    
    —Pero hay un problema, abuelito… yo no sé besar de la manera que ese niño besa a su abuelo.
    
    Mi abuelito sonrió enseñándome todos sus dientes. En ese momento me tomó por los brazos para alzarme y colocarme ahorcajadas entre sus piernas, sobre su abultado vientre. Al acomodarme, de inmediato noté que su grande polla quedó entre nuestros cuerpos y pude sentir aquel trozo de carne dura como el hierro y muy caliente sobre mi vientre y noté que mi pequeño pene se veía tan chiquitito comparado con la inmensidad del suyo.
    
    —Ese problema lo resolveremos ahora mismo, pero antes de enseñarte a besar quiero que corrijamos ahora mismo la manera de llamarnos. Quiero que de ahora en adelante cuando nos encontremos solos, tú me dirás papi, como ya somos esposos cada vez que te vayas a dirigir a mí esa será la forma como me llames. Mientras estemos solos no seremos ni el abuelo ni el nieto, seremos simplemente los esposos, en cambio cuando estemos en presencia de otras personas allí sí me dirás abuelito y yo me referiré a ti como mi nieto ¿Entendido? —de nuevo afirmé porque eso si lo entendí clarito— Bien, ahora te explicaré ...
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