1. Mi Tío el Ranchero (6)


    Fecha: 08/07/2019, Categorías: Gays Incesto Autor: Hotman, Fuente: SexoSinTabues30

    ... nos saludamos. Y en la escuela nadie lo ve porque o está en clases o está en el laboratorio. Nunca le he conocido una novia, pero tampoco un amigo. Está bien clavado en los libros. Punto, es todo lo que sé. ¿Me dejas que te la chupe tantito?, le pongo seguro a la puerta, ¿sale? (nomás se rio).
    
    – ¡Que no necio! ¿En dónde está él ahorita?
    
    – Mm… ¿qué hora es?
    
    – 9:45 pm
    
    – Segurito que en su recámara estudiando.
    
    – Excelente. Ve ahorita a su recámara y sácale plática.
    
    – ¡¿Ahorita?!… ¡pero papá!… ¡ando bien caliente!…
    
    – Ándale, en el camino se te baja.
    
    – ¡Pero papá!…
    
    – Por favor hijo… ya habrá tiempo para eso, además, te tengo una sorpresa.
    
    – ¡¿En serio?!… ¿de qué se trata?
    
    – Nada. Primero lo que te pedí. Nomás te adelanto que te va a gustar mucho
    
    – ¡OK!
    
    Salté de la silla y no paré hasta llegar a la puerta de Carlos. Toqué y apuradamente oí si me contestó o no. Entré, cerré la puerta y no estaba a la vista: «¡Carlos!… ¡Carlangas!… «. Después de unos segundos se oye: «Estoy en el baño. Ahorita salgo». Me senté en la cama, esperé un par de minutos y por fin salió secándose las manos.
    
    – ¿Qué pasó chaparro?
    
    – Me mandaron a investigar todo sobre ti.
    
    – ¿Cómo?…
    
    – Que como fuera pero que te saque toda la sopa.
    
    – ¡¿Qué?!… ¿De qué estás hablando lunático?…
    
    – Que me cuentes toda tu vida… ¡pero rapidito que no tengo tu tiempo!
    
    – ¡Ya párale!… ¿qué te traes?
    
    Suspiré profundamente y me armé de paciencia. «Mira, lo que pasa es que ahora que fui al rancho con el viejo, resultó que nos hicimos amigos. Ya ves que siempre era bien mamón y seco. Ah pues no, resultó ser un viejo muy buena onda. Estuvimos platicando mucho y haciendo algunas otras cosas. Y ahora, como ya es muy mi cuate, me pidió que averiguara sobre ti porque no sabe nada de tu vida, está preocupado por ti. Así que arráncate: ¿tienes novia?, ¿cómo se llama?, ¿tienes amigos?, ¿cuántos?, ¿sus nombres?, ¿eres virgen todavía?… ¡cuenta!».
    
    ¿Acaso dije algo gracioso? A mí no me lo pareció, pero a Carlos sí, porque soltó la carcajada de patita levantada y toda la cosa. Se levantó de la cama, y todavía riéndose fue hasta su closet, lo abrió, encendió la luz de adentro y así, a media risa, empezó a quitarse la camisa y hablando: «Pues mira chaparro, si yo te contara a ti mi vida, sería porque tendría la confianza de que no se lo vas a contar a nadie (después se quitó la camiseta) pero como no te tengo la confianza, olvídalo, dile a tu papá que no quise decirte ni madres».
    
    Se sentó en el banquito del closet a quitarse los zapatos y luego los calcetines. De pronto desapareció mi urgencia por regresar con mi papá por qué… ¡¿¿¿Carlos tiene pelos en el pechoooo???!… ¡¿de dónde los sacó?! Mi intriga empezó a mezclarse con la calentura que ya traía arrastrando, así que puse total atención a lo que estaba haciendo.
    
    – Pero, a ver, cuéntame tú a mí, ¿cómo estuvo eso de que se hicieron amiguitos tú y él de la noche a la mañana? (desabotonándose el ...
«12...8910...15»