1. Cremosa tentación


    Fecha: 06/07/2019, Categorías: Infidelidad Autor: Dany Campbell, Fuente: CuentoRelatos

    ... huésped al lugar.
    
    Mi corazón daba tumbos, me quedé shockeado. El colega se había quedado dormido allí mismo. Ella todavía se encontraba recobrando el aliento. No hice nada durante, probablemente, horas, mi mente había crasheado, no podía procesar lo que había ocurrido, tan descaradamente, a unos pasos de mi. Más adelante noto que ella me abraza. La calidez de su abrazo abriga mi congelado cuerpo. Me acariciaba con mucho cariño. Me sorprendió el gesto después de lo que me había hecho y, extrañamente, me sentía reconfortado de que volviera a mi lado, pero muy decepcionado. Ya no sabría si seguiría siendo el mismo en la mañana siguiente. Los ronquidos de aquel colega hacían acto de presencia estrepitosamente.
    
    Me desperté sin saber reconocer en qué momento me había quedado dormido. Nadie estaba allí, parecía ser que era ya avanzada la mañana. Estaba tratando de despabilarme cuando alguien entra. Se trataba de un colega del curso que solía ir de chill, probablemente porque siempre estaba fumado, le faltaba una tabla de surf y se convertía en el típico playero flipao.
    
    —No man —me dijo—, anoche me tiré a tu chica, justo allí. —me señala el sitio—. ¡Qué mujer más hermosa!, y lo confirmo ahora que pude catarla. Creo que me he corrido dentro. No voy a cuidar a su hijo eh. —se ríe—. Es coña.
    
    Con la modorra que tenía encima y los párpados pesados, alcanzo a responderle:
    
    —¿Quieres que te parta la puta cara o qué?
    
    —Colega, a partir de ahora tu eres el dios, todos los días debes de sentirte dios con semejante mujer tan fogosa encima. Si todos los tíos aquí pudieran catar como yo a tu chica, todos te respetarían como yo ahora. Hasta luego, crack.
    
    Me he enterado de una nueva característica del tío fumao este, que también es un bocazas. En ese momento me resigné a que todo con ella se había acabado. Tenía que pensar cómo proseguir, no iría jamás a atacarla, ni agredirla, y no porque no esté herido de verdad, sino porque no me salía de los cojones. Sin embargo, quería hablar con ella, yo uso protección pero lo que me acaba de contar el bocazas es para cuidado.
    
    El día estuvo liado por cojones y se me hacía más pesado por mi estado, me sentía con las peores de las resacas, a pesar de no haber ingerido ni una gota de alcohol. No me la quería cruzar, la evitaba, era como una incómoda extraña para mí. Empero, la observaba, como quien estudia al enemigo. Le había visto charlando muy de cerca con el machote, a quien también había visto con el bocazas. Cuando anocheció, se me vino la voluntad de hablar con ella, pero no tuve oportunidad de estar a solas, siempre había peña en su compañía. Le dije al oído que la esperaría en la cabaña, se hacía muy tarde y no parecía querer irse de la fogata. En el camino vi al macarra chuloputas con un colega a las afueras de la cabaña contigua a la mía.
    
    No había nadie dentro, me recosté en la cama. Al rato veo peña pasar por la ventana. Llega ella, por fin podría charlar. No sé dónde se encontrarán los demás ni ...