1. Las refugiadas 3-Viaje al infierno-Contrataciones


    Fecha: 21/03/2019, Categorías: Confesiones Autor: JBWriter, Fuente: TodoRelatos

    ... es muy drástico así planteado. Te ofrezco otra opción: No os tocaré. Ni a ti ni a Carla, salvo con tu petición. Aunque eso tendrá consecuencias.
    
    —¿No te importa si Carla quiere o no?
    
    Pedro se encogió de hombros.
    
    —Sé que a ti sí. No me vas a pedir que haga con ella algo que ella no quiera.
    
    —Vale… aceptamos barco, pero no te hagas ilusiones.
    
    »Segunda: Si yo dirijo yo tomaré las decisiones.
    
    —Tú diriges, pero la estructura societaria será la que determine yo y los abogados. Y en todo caso habrá un consejo frente al que responderás y decidirá el qué. Y si le afecta el cómo. Tú podrás decidir el cómo solo cuando no te venga fijado por el consejo. Existe algo llamado responsabilidad social corporativa que puede afectar.
    
    —Bien. Pero quiero un puesto en el consejo.
    
    —No te lo garantizo para siempre, pero estarás en el consejo constitutivo. Luego te lo tendrás que ganar, ya que mi idea es que la forma societaria sea de cooperativa. ¿Es esa tu tercera?
    
    —No. Parte de la segunda. La tercera es que tendrás paciencia con mi manía con las tetas.
    
    —Solo si me cuentas por qué.
    
    —¿Por dónde empezar…? Quizá por mi nacimiento. Soy la pequeña de cinco hermanos. Una chica después de otras dos, con las que me llevaba once y ocho años, y dos chicos cinco y tres años mayores que yo.
    
    »El resultado es que a los dos o tres años pasé a dormir con mis hermanas. Primero en una cama adicional a sus literas y a partir de los cinco o seis años, cuando era capaz de subir, en la de arriba dejándole las camas de bajo a ellas que tenían catorce y diecisiete. Mientras por el día hacia burradas y jugaba con mis hermanos de ocho y once años.
    
    »Heredé muchas de sus muñecas, pero les hacía poco caso. Únicamente a partir de los doce o así, que las desnudaba para acariciarles las tetas… pues entre las piernas no tenían nada. En esos siete años contemplaba escondida en mi cama como mis hermanas se masturbaban, ya fuese solas o entre ellas y oía como hablaban de chicos. Lo bueno y lo malo.
    
    »Por supuesto descubrí con mis hermanos que chicos y chicas éramos diferentes. Como mis hermanas no querían ellos me convencieron para enseñarles mi coño a cambio de mostrarme sus pollas. También de tocarnos. Solo un par de semanas. Luego llegó la confesión mensual y mis hermanos, además de rezar mucho ese mes no quisieron repetir. En cuanto a mis hermanas mayores las oía pero no querían saber nada de mí. Cuando yo me confesé entendí el porqué. La penitencia que me puso creo que fue mayor que la de mis hermanos. De hecho, el cura me recriminó porque según él, como mujer, yo había sido la incitadora de ellos. Poco después murió Franco. Parecía una chorrada, quiero decir que no terminando la sucesión en una guerra civil poco podía afectar a una niña que terminaba la EGB la muerte del jefe del estado. Pero afectó, porque gracias a eso descubrí el porno, o al menos el erotismo. Tratando de ver que hacían unos chicos que parecían actuar en secreto los descubrí viendo revistas ...