Las refugiadas 3-Viaje al infierno-Contrataciones - Relatos Eróticos

Las refugiadas 3-Viaje al infierno-Contrataciones

... las tetas y tu obsesión por no dañarlas. Y no me refiero a las tuyas, que podría ser comprensible.

—Soy lesbiana y me gustan las tetas, ¿pasa algo?

»No me dirás ahora que eres homófobo.

—No. No lo soy. Disfruto de ver a dos mujeres jodiendo, también castigarse. Y aunque no sea homosexual acepto que hay quien puede tener esas tendencias. A lo que me refiero es a tu rechazo visceral a que unas tetas sean exhibidas en público o golpeadas. Un rechazo que podría ser incompatible con la propuesta que tengo para ti.

»¿De dónde nace?

—No me molesta que se exhiban en público. Pero cuando no se exponen la falta de sujeción hace que se dañen, que caigan por su peso. Es cuando no son exhibidas cuando se deben sujetar.

»Dime cual es esa propuesta y en qué le perjudica mi actitud y te diré si la puedo cambiar y de dónde nace.

—Es aceptable. —Tomó una tablet y le mostró una foto—. Esto es Requena, al menos su término municipal.

—Sí, ya sé que es grande —aceptó tomando la tablet. Pedro pulsó un mando y la imagen cambió—. Y ya veo que estáis jodiendo el bosque.

—No puedes hacer una tortilla sin romper huevos —se defendió Pedro—. Pero el balance final será positivo ya que vamos a plantar pinos nuevos, y todos los retirados los aprovecharemos.

»Las obras que ves son las de un hotel rural. Veinticinco habitaciones en pleno bosque y aparcamiento subterráneo…

—Menos árboles a cortar.

—No es solo eso. Cuando esté terminado será una entrada oculta al complejo. —Pulsó el botón y cambió la foto, aquí la excavación era mucho mayor—. El cortijo. Un espacio en el que espero que vivan entre ochenta y ciento veinte mujeres, más otros colaboradores. Un paraíso BDSM con habitaciones, piscina, mazmorras, cuadras para equinos y personas, perreras, pistas de entrenamiento… —Pulsó el botón y cambió la imagen mostrando una excavación más pequeña alejada unos metros de la principal—. …y otros servicios. —Cambió nuevamente de foto—. Un colegio a un par de kilómetros, para las hijas de las residentes…

—¿Solo hijas? ¿qué vas a hacer si nacen niños?

—De momento solo hay niñas. Pero no, no soy como el cabrón de Alexander. Con el tiempo será mixto, a menos que se muestre problemático y tengamos que construir un segundo internado. —Cambio la foto—. Y un helipuerto y aeródromo para el acceso VIP. Solo avionetas de pista corta, eso sí.

—Bonito proyecto. ¿Cómo lo estas financiando?

—Anastasia lo está financiando. Bueno, el grupo Pszeck, pero directa o indirectamente es propiedad de Anastasia. En unos meses estará listo para una primera visita de todas las habitantes de Hryhorivka. El problema no es construirlo, si no pretendes amortizarlo. Es mantenerlo.

—¿Y habías pensado en?

—Cómo te decía un paraíso BDSM. Casi todas las mujeres que recopiló Alexander son sumisas, la mayoría masoquistas; muchas de ellas también ponys. Las perreras… bueno a alguna le gusta, pero es algo que me contó recientemente Anastasia, por lo que no estaban en el ...