1. CUIDADO CON LO QUE DESEAS … (4ª parte)


    Fecha: 05/07/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Lola Desatada, Fuente: TodoRelatos

    ... mujeres” – mentí arrodillándome ante aquel viejo asqueroso y agarrando su micropene erecto.
    
    Descapullé aquella polla y con mi mano mantuve la pelambrera presionada sobre su pubis y comencé a chupar su cabecita lentamente. Mientras se la comía no paraba de insultarme y decir barbaridades acerca de las mujeres a las que se había follado, todas pagando imaginé. Tras unos minutos recogió toda mi melena en mi coronilla sujetándola con una mano y me ordenó que quitase mis manos de su polla.
    
    Me la metió entera en la boca. Mi nariz se hundió en aquella mata de pelo repelente que olía a rayos. Y comenzó a follarme la boca. Su polla sabía agria. Todo él era desagradable. Su barriga golpeaba en mi frente en cada una de sus embestidas. Yo miraba hacia arriba y simulaba gemidos de placer intentando que terminase más rápido.
    
    Cuando me daba ocasión le pedía un respiro, lo cual hacía que pusiera cara de satisfacción y siguiera follándome la boca.
    
    Aquel hombre comenzó a acelerar sus movimientos y sus gruñidos desagradables. Sabía que iba a correrse y me estaba preparando para invitarle a que se corriese en mis tetas o en mi cara.
    
    “Qué buena boca tienes, putita. Sigue mamando que ya viene la lechita de papá, y más te vale tragártela toda que por lo que he pagado por ti si no te la tragas te voy a tener que romper la cara” – me dijo amenazante y fui víctima de un profundo pánico que se transformó en asco cuando noté los primeros chorros de esperma en mi boca y recorriendo mi garganta.
    
    “Ya veo que lo has entendido. Sigue chupando y termina de tomarte toda la lechita” – dijo derramando en mi garganta los últimos chorros de lefa y ante mis arcadas de puro asco y miedo que me estaba dando la situación. Dos lágrimas surcaron mi cara ante la mirada de satisfacción de aquel guarro.
    
    Su polla no había perdido un ápice de su erección cuando me ordenó que me pusiese de pie y que me sacara las tetas. Obedecí y aquel animal se lanzó sobre ellas succionando mis pezones y apretujándome los pechos como un niño al que estás amamantando. Me hacía daño y me daba absoluto asco mirar como disfrutaba de mi cuerpo. Desvié la mirada a la pared. Él siguió a lo suyo, afanado en mis pechos.
    
    Bajó una de sus manos y comenzó a tocarme el coño sobre el tanga. Estaba absolutamente seca y no había sentido excitación en ningún momento. Apartó el tanga a un lado y sin ningún cuidado metió dos dedos en mi raja. Me quejé y, en respuesta, el puto viejo me empujó a la cama.
    
    “No pensarías disfrutar, ¿no? Aquí soy yo el que pago” – dijo en su tono borde y desafiante.
    
    Así tumbada sobre la cama, se dirigió hacia mi coño sin atender a mis peticiones de que esperase a que le pusiese un condón. Ignoró mis peticiones y me la metió con alguna dificultad.
    
    Empezó a follarme mientras babeaba en mis tetas. Me sentía violada por aquel cerdo asqueroso.
    
    “Qué buena que estás. Voy a tener que preñarte para que aprendas lo que es un macho de verdad.” – dijo.
    
    Viendo lo que le excitaba ...
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