1. El sexólogo de Puerto Madero II


    Fecha: 03/07/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Esdpm, Fuente: TodoRelatos

    ... sentí explotar el nudo en mi estómago, terminé literalmente gritando de placer, sin preocuparme de lo que pudiera pasar, el doctor no se detuvo, solo seguía volviéndome más loca por él. —Más...—gemí sin aliento. —Quiero más. – gemí, retorciéndome de placer, ni siquiera me importaba el mundo que me rodeaba, estaba explotando gloriosamente.
    
    ♤♡◇♧
    
    Terminé de componerme, solo me faltaba el blazer, tengo mucha prisa por ponérmelo, agarré mi bolso que estaba en el piso cerca de la puerta, miré a Rodrigo por última vez. Sí, esta será la primera y última vez que ponga un pie en esta oficina, si el arrepentimiento realmente pudiera matar, yo estaría muerta ahora mismo.
    
    El sexólogo observaba atentamente todos mis movimientos, estaba cómodamente sentado en su sillón, mientras yo me vestía, hace un momento noté que sonreía, no puede haber hombre más cretino que este sexólogo de quinta. No sé cómo le permití usar mi cuerpo de esta manera.
    
    —Cuando te vayas, no olvides reservar tu nueva cita mañana.— Arqueé mi ceja izquierda mirándolo con incredulidad. Sin decir nada, tomé el blazer y rápidamente lo doblé sobre mi brazo derecho, el mismo donde descansaba la bolsa. – Estaré deseando verte. – concluyó y yo lo miré y salí de la habitación.
    
    Apenas abrí la puerta, me encontré con dos mujeres, una era Paola y la otra seguramente la paciente que había mencionado, ambas me miraban con curiosidad y ciertamente incredulidad, no pude ni disimular lo que pasó dentro de la oficina del Doctor Díaz, mi cara arde de tanta vergüenza, pero todo es mi culpa. Después de unos segundos, cerré la puerta de la habitación de Rodrigo y ellas desviaron la mirada de mí hacia cosas superfluas, como revistas y la pantalla de la computadora.
    
    —¿Quieres agendar tu regreso? —cuestionó la secretaria con aire burlón, como si lo que escuchó no le hubiera agradado, sentí que Paola quería informarme de su descontento con la situación.
    
    —No gracias. —le dije categóricamente, ella me miró con desprecio.
    
    —¿Tardará mucho en verme el doctor? — preguntó la mujer.
    
    —No, la señora Bermudez ya puede pasar. —Dijo Rodrigo apenas abrió la puerta, la mujer le dedicó su mejor sonrisa, rodé los ojos, cuando nuestras miradas se cruzaron, él solo se mordió el labio inferior discretamente, rápidamente desvié la mirada hacia Paola nuevamente.
    
    —¿Cuál es el método de pago señora? – me sonrió, claro porque estaba frente al jefe, entonces Rodrigo y la paciente entraron a la habitación.
    
    —Tarjeta. —respondí abriendo mi bolso para sacar mi billetera, a pesar de todo aún tengo que pagar la cita. —¿Cuánto cuesta la consulta? – ahora que pregunté el precio de la consulta me di cuenta que vine sin importarme siquiera cuánto tendría que pagar.
    
    —Ochenta dólares. — La miré asustada, no es posible, pasé una hora ahí adentro como máximo, tendré que pagar por todo eso. ¿Es un sexólogo de lujo? Solo puede.
    
    —¿ochenta dólares? —pregunté mostrando mi total indignación con el absurdo valor.
    
    —Sí, eso ...